Ca7riel y Paco Amoroso no solo hacen música, crean un discurso. Con cada proyecto, estos dos referentes de la nueva escena argentina desafían los límites de la industria y, en el camino, se burlan de sus propias reglas. Su más reciente obra, ‘Papota’, no es solo un EP. Es un manifiesto visual y sonoro que critica, analiza y reinterpreta la maquinaria del éxito en la música y la cultura pop.
Este cortometraje de 16 minutos, dirigido por Martín Piroyansky, los muestra como protagonistas de una sátira donde la fama es una trampa, el talento es un producto y la autenticidad se vende al mejor postor. Acompañado de un EP de nueve canciones, ‘Papota’ es un golpe maestro en el tablero de la industria: Ca7riel y Paco no están aquí para seguir tendencias, están aquí para crearlas.
Cuando la música se convierte en discurso
Desde sus inicios, Ca7riel y Paco Amoroso han desafiado los moldes del trap y la música urbana, fusionando géneros con una identidad única. Pero su ambición va más allá del sonido. En ‘Papota’, utilizan la imagen, el guion y la ironía como herramientas de crítica. El corto sigue a la dupla mientras se enfrentan a Gymbaland, un productor interpretado por el actor Martín Bossi, quien les promete la gloria en Estados Unidos bajo una única condición: encajar en la fórmula del éxito.
La historia es un reflejo distorsionado, pero aterradoramente real, de lo que significa ser una estrella hoy. Aprender inglés para encajar en el mercado global, ajustarse a una estética predefinida, ser un producto antes que un artista. La sátira es clara: en un mundo donde la imagen lo es todo, la música se ha convertido en una excusa para vender personajes, no canciones.
Un laboratorio de ideas y provocaciones
Ca7riel y Paco Amoroso no están interesados en hacer «hits del verano». Sus proyectos no buscan viralidad fácil ni engagement inmediato; buscan incomodar, provocar y hacer pensar. ‘Papota’ es una obra transmedia que mezcla géneros y formatos, fusionando cine, música y performance. La estética del video, con una fotografía que recuerda a la publicidad de lujo y un montaje frenético, funciona como un espejo de la era digital: hiperconsumo, rapidez, saturación de estímulos.
El EP que acompaña el cortometraje es un despliegue de versatilidad sonora. Canciones inéditas y versiones de su aclamada presentación en Tiny Desk se entremezclan en un collage musical que va del jazz al reggae, del trap a la electrónica experimental. Su sencillo destacado, ‘#Tetas’, es un ejercicio de ironía sobre la mercantilización de la música y la obsesión con la imagen en la era del algoritmo.
La industria bajo la lupa
El mensaje de ‘Papota’ es claro: la música ya no es solo música, es un ecosistema donde la estética, la narrativa y la personalidad pesan tanto como el sonido. Ca7riel y Paco Amoroso lo entienden y lo explotan a su favor, convirtiéndose en arquitectos de una nueva forma de expresión. No se limitan a lanzar canciones; crean conceptos, desafían convenciones y exponen las contradicciones de una industria obsesionada con la inmediatez y la apariencia.
Para una generación que consume contenido a la velocidad de un scroll, el dúo ofrece algo más que entretenimiento: ofrece una reflexión. Con ‘Papota’, Ca7riel y Paco nos recuerdan que el éxito es un juego amañado, que la autenticidad tiene un precio y que, en el fondo, todos somos parte de un espectáculo donde la fama se construye y se destruye con la misma facilidad.
Ca7riel y Paco Amoroso no solo han vuelto a hacerlo, han elevado la apuesta. ‘Papota’ no es solo un EP ni solo un cortometraje, es una declaración de principios. En un mundo donde la música se ha convertido en contenido efímero, ellos apuestan por la trascendencia. No sabemos cuál será su próximo movimiento, pero si algo está claro es que no seguirán las reglas: las seguirán rompiendo.