
El creador de la banda sonora de Soul se luce con un disco nacido del Black Lives Matter, que toca con maestría todos los grandes palos de la música negra.
No es ni mucho menos un debutante, pero Jon Batiste recordará este 2021 como el año en el que su carrera despegó popularmente. Nacido en Nueva Orleans en 1986, acumula ya más de diez trabajos largos a su nombre desde 2005, los últimos en el prestigioso sello Verve. Lo último que ha sacado es el disco WE ARE, para centrarse en el movimiento antirracista.
Pero su nombre no empezó a sonar mediáticamente con fuerza hasta que trascendió su trabajo como coordinador de la banda sonora de la estupenda Soul (Pete Docter, 2020), la película de animación de la factoría Pixar protagonizada por un profesor de jazz.
También hijo de músicos, Batiste lleva cinco años siendo quien dirige la banda que toca en directo cada noche en el show televisivo de Stephen Colbert. El mismo rol, vaya, que Pablo Novoa en el Late Motiv de Buenafuente o Questlove en el Tonight Show de Jimmy Fallon.
2021 está siendo el gran punto de inflexión en la carrera del músico, hasta ahora conocido por su trabajo para la película «Soul» y para el show televisivo de Stephen Colbert.
La chispa que encendió este poliédrico, elegante y magistral WE ARE (Verve, 2021), cuyas canciones se escriben todas en mayúsculas, como si algo muy importante nos tuvieran que decir, fue el movimiento Black Lives Matter que repuntó tras la muerte de George Floyd a manos de un policía. De ahí surgió el tema titular, que tiene aroma a esperanzado gospel colectivo. A partir de ahí, el disco es como una lección canónica de todo lo que la mejor música negra puede ofrecer en 2021, conectando su tradición con nuestro atribulado presente.

No se trata de un trabajo rompedor, ni vanguardista, que vaya a abrir nuevos caminos para la música de nuestro tiempo. Por algo Quincy Jones y Stevie Wonder son dos de sus principales referentes. Pero sí ecléctico, diverso y expertamente conocedor de la materia prima que moldea. Tiene el aplomo de las cosas bien hechas, de los productos que aúnan pedigrí, savoir faire y destreza.
Jon Batiste es perfectamente capaz de sonar como el viejo James Brown en «TELL THE TRUTH», y al rato marcarse un par de imponentes raps en «WATCHUTALKINABOUT» y «BOYHOOD» sin perder el ojo al clásico rhythm and blues en «I NEED YOU»: un contraste que justifica que en algunos medios se le califique como un cruce imposible entre Little Richard y Outkast.
También tiene la pericia de los grandes clásicos para expedir ambrosías de soul ligeramente psicodélico como «SHOW ME THE WAY», madurar baladones tan excepcionales como «CRY», sudar la gota gorda al ritmo del southern soul estilo Muscle Shoals en «FREEDOM» o incluso remitirse a su bagaje jazz en «MOVEMENT 11».
Así que no no es tanto que haya nacido una estrella (porque ya estaba ahí) como que su luz ha empezado ahora, con este sensacional WE ARE – que tanto conecta además con la encrucijada histórica de la comunidad negra en lo que llevamos de siglo: no pierdan detalle a sus letras – a cegarnos con el brillo de los artistas indiscutidos, destinados a marcar una época.