La joven artista australiana confirma en su segundo disco su efectiva mezcla de estribillos contagiosos y texturas de ensueño.
Simplificando, que es gerundio, y además es lunes y no tenemos (ni tendréis) la cabecita para grandes complejidades: ¿es posible sonar como un cruce entre Kylie Minogue y Cocteau Twins? ¿A una mezcla de Carly Rae Jepsen y The Sundays?
La respuesta es rotundamente afirmativa si te llamas Hatchie. No hay más que escuchar esta deliciosa “Lights On”, el corte que abre su segundo álbum, Giving The World Away (Secretly Canadian, 2022), recientemente publicado.
En caso de que no la conozcáis, debemos contaros que Hatchie es una australiana de 29 años recién cumplidos, que ya despuntó en 2019 con ocasión de un primer disco que la llevó a actuar en el Primavera Sound de aquel año, justo el último que se celebró antes de la pandemia.
Las suyas son canciones adhesivas, dulces, pegadizas y con un respaldo instrumenta sólido, reminiscente de aquellos discos de dream pop y shoegaze de finales de los ochenta y primeros noventa, aunque siempre con la sensibilidad contemporánea que es propia a alguien que aún no ha cumplido los treinta.
Harriette Pilbeam, que ese es su nombre real, es una artista millennial, vaya. Eso es indudable. Pero no tanto como para no tener muy presente cuál es el legado que recoge. Si se trata de preservar viejas tradiciones, hasta se casó recientemente en Las Vegas: todo un clásico.
De momento no sabemos si repetirá visita española, porque su agenda está copada con conciertos por EE.UU., Europa y Australia desde ahora hasta el próximo mes de noviembre. Nos queda el consuelo (que no es poco) de su disco. Y de canciones como esta.