
El libro Papeles subterráneos: Fanzines musicales en España desde la transición al siglo XXI, recoge una espectacular panorámica de las publicaciones alternativas musicales de las últimas décadas.
Pasión, entusiasmo, proselitismo, contagio. Y no esperar nada a cambio. Esos eran los condimentos con los que se guisaba un elemento clave en la cultura popular del siglo XX, y aún también del XXI: los fanzines. Los había de todas las disciplinas. Pero los musicales se llevaban la palma en una época en la que internet no llegaba a ser siquiera una quimera, y había espacio para publicaciones impresas que suponían una alternativa a los medios especializados.
Todo ese queda espléndidamente documentado en el libro Papeles subterráneos: Fanzines musicales en España desde la transición al siglo XXI (Libros Walden, 2021), un formidable trabajo llevado a cabo por César Prieto, Manuel Moreno y Abel Cuevas. Un enorme tocho que vale su peso en oro, porque se antoja difícilmente imaginable un volumen más completo a la hora de recopilar la mayoría (porque hacerlo con todos y cada uno de ellos debe ser materialmente imposible) de fanzines musicales que se publicaron en España durante los años setenta, ochenta, noventa e incluso dos mil.

Había pop. Punk. Electrónica. New wave. Tonti pop. Indie rock. Cualquier género imaginable. Música, cine, cómics, literatura. Desde las expresiones culturales más conocidas a las más bizarras. Todo cabía en aquellos modestos opúsculos de papel, hechos con tijeras, pegamento, fotocopiadoras y un ánimo prácticamente artesanal.
Fueron una formidable cantera de periodistas. La mayoría de firmas de cierto crédito que se dieron a conocer durante los años noventa se curtieron escribiendo en fanzines. Quizá a muchos de ellos les pueda dar cierto pudor leerse a estas alturas, pero no debería haber lugar para el sonrojo porque aquel fue un fogueo formidable.
Es más, forman parte de una etapa profesional en la que, quizá por la ausencia de expectativas ni de condicionamientos empresariales, la tinta manaba con un desparpajo y una soltura que, en algunos casos, puede haberse perdido con el tiempo. El fanzinerismo era algo tremendamente vivaz, descarado, desafiante. Como la misma juventud, claro. Como debe serlo.

Este libro viene a sumarse a Todo era Posible: Revistas Underground y de Contracultura en España, 1968 – 1983 (Libros Walden, 2018), también publicado por la misma editorial. Es un esfuerzo paralelo, igual de completo. A lo largo de sus 300 páginas desfilan imágenes de fanzines como Kaka de Luxe, Ediciones Moulinsart, 96 lágrimas, Penetración, La Herencia de los Munster, Reacciones, La Línea del Arco, Malsonando, Las Lágrimas de Macondo, 100.000 Luciérnagas, Kool’Zine, Estricnina, Mondo Brutto, Flandis Mandis, El Planeta Amarillo, El fanzine de las Ex-Tupendas, Serenidade, Mimo 2000, Miau!, Yo-Yo, Cateados, Chilena Comando, La Felguera o La Escuela Moderna, entre muchos otros.
Echar la vista atrás y valorar todo lo que supuso aquello en su justa dimensión es otro de los valores del libro. Por eso añade, a su amplio despliegue visual, un cuestionario respondido por más de una veintena de creadores de fanzines de las últimas décadas, en el que calibran la importancia que tuvieron aquellas publicaciones en toda una generación de lectores y melómanos incurables.

Como guinda final, el libro puede leerse con una playlist en la que figuran muchas de las músicas que aparecían reflejadas en las páginas de estos fanzines. Wire, The Feelies, Pistones, Ramones, Derribos Arias, Joy Division, Claustrofobia, The Gun Club, Los Bichos, Kamenbert, The Field Mice, Papas Fritas, Sebadoh, Parade, Codeine o Vainica Doble son algunos de los nombres que integran esta variopinta selección de 100 canciones, que podéis escuchar justo bajo estas líneas.