
Músicos como Louis Phillippe, Tindersticks, The Clientele o Perry Blake han mostrado el cordón umbilical que une a ambas ciudades
No cabe duda de que París y Londres han sido, y en cierto modo siguen siendo, las dos grandes capitales europeas. Lo son, sin lugar a dudas, en el ámbito del turismo. Lo son también en el plano cultural. Y lo siguen siendo en cuanto a música pop y rock se refiere. Los 454 kilómetros que separan ambas urbes son muchos menos si nos atenemos a una cierta identidad musical que ambas han tejido en común a lo largo de los años. Hace unos días, comentábamos aquí mismo las excelencias de lo nuevo de Louis Phillippe, músico galo que lleva muchos años establecido en París. Curiosamente (o quizá no, puede que sea más causal que casual), uno de sus clientes preferentes durante mucho tiempo fueron los londinenses The Clientele, bautizados precisamente con un vocablo francés.
Hay toda una tradición compartida de sonidos lluviosos, de música bien orquestada que huele a adoquines mojados y callejones angostos, que ha tendido un puente de plata entra Londres y París, mucho antes de que hubiera un túnel bajo el Canal de la Mancha que comunicara las estaciones de Gare du Nord y St. Pancras tuvieran línea ferroviaria directa, y que seguramente se extienda mucho más allá de lo que el Brexit pueda indicar. Fíjense también en los exquisitos The Montgolfier Brothers, otros británicos que decidieron bautizarse en honor de los hermanos inventores del globo aerostático. Los también londinenses The Auteurs también fueron siempre muy francófilos, deudores de la nouvelle vague (New Wave es el nombre de su primer álbum, no precisamente por el movimiento musical de finales de los años setenta; su propio nombre guarda relación) y autores de canciones como “New French Girlfriend”.
Otra banda de composiciones elegantes, suntuosas, de una majestuosidad tan catedralicia como St.Paul o Notre Dame, bien orquestadas y siempre a medio camino entre modismos británicos y franceses, son los Tindersticks. Por eso no es de extrañar que su líder Stuart Staples, viva en la localidad francesa de Limousin. Vale, no es París, pero todos sabemos de qué hablamos cuando hablamos de esa conexión. Acaban de anunciar nuevo álbum para la primavera de 2021, prologado por una versión del “You’ll Have To Scream Louder” de los Television Personalities.
Otro talento de las islas británicas (aunque irlandés) muy apreciado siempre en París, y en el resto de Francia, fue durante años Perry Blake. De hecho, y como si con él cerráramos este círculo, contó con Dickon Hinchliffe, el violinista de los Tindersticks, en álbumes como California (2002), compuso la banda sonora de la película Presque Rien (Sebastien Liftshiz, 2004), colaboró con músicos galos como Émilie Simon y Nancy Danino y casi siempre gozó de más renombre en el hexágono que en su país o en Reino Unido. De nuevo, con un lenguaje musical delicado, intimista, melancólico y sostenido casi siempre en unos lustrosos arreglos de cuerda.