
(Foto de portada: Victor Schiferli)
El compositor holandés, que vive a medias entre su país y España, celebra la buena acogida de su Looking For a Place To Stay con una selección de discos que también explica las raíces de su forma de ver la música.
A Rick Treffers le duele no haber tenido un hueco para destacar aquí mismo algunos discos de Sufjan Stevens, Loney Dear, Radiohead, Stevie Wonder, The Notwist o Adrianne Lenker. Es lo que tienen estas selecciones, que siempre son como cuadros incompletos porque siempre te evs obligado a descartar algo importante. Más aún si de lo que se trata es de explicar cuáles son las principales influencias de un músico como él, talentoso y profundamente melómano.
Si deconocéis su música, ya estáis tardando en descubrirle. El suyo siempre ha sido un pop artesanal, detallista, cuidado, sensible y con su punto de eterna melancolía. Elegante siempre, conmovedor muchas veces. Así ha sido desde que liderara proyectos como Girfriend Misery o Mist, desde mediados de los años noventa. Y también ahora, con trabajos firmados a su nombre por una cuestión práctica.
Su último disco es el delicioso Looking For A Place To Stay (Skipping Records, 2021), un nuevo despliegue de clase, para el que -nos confiesa- no ha querido escribir sobre las relaciones de amor, por primera vez en más de dos décadas.
Lo compuso y grabó en València, donde ha estado viviendo desde 2011 (hasta entonces solo había pasado un año en Madrid, durante los noventa), aunque él se considera un músico con el corazón dividido entre su tierra y la costa mediterránea.
Nos avanza que a finales de este 2021 publicará un nuevo trabajo, de título Levensdrift, pero de momento ha tenido el detalle de explayarse contándonos cuáles son algunos de esos discos que se llevaría a una isla desierta en un caso de extrema necesidad, y por qué lo haría.
1 –Songbooks (Dusty Sings The Songs Of Bacharach & David And Goffin & King) (Phillips, 1997), de Dusty Springfield
“Burt Bacharach y Carole King son para mí unos de los mejores compositores de música pop en la historia. En este disco, Dusty Springfield canta sus mejores canciones. Combinación perfecta. Escuché este CD cuando estábamos preparando el primer álbum de Mist We Should Have Been Stars (en 2002). Intuyo que me ha influido a la hora de componer”.
2 – The Trials of Van Occupanther (V2, 2006), de Midlake
“Descubrí a esta banda norteamericana escuchando el gran disco Queen of Denmark de John Grant. Sonaba tan bien que he empezado a indagar en quiénes tocaban en la banda. Resultaba que eran Midlake, que tenía este The Trials of Von Occupanther, que para mí es la simbiosis perfecta de canciones pop rock, melancolía, profundidad y un sonido orgánico. Engancha muchísimo y nunca me canso de escucharlo, algo importante si estás en una isla, jejeje… “.
3 – Befriended (Badman Recording, 2003), de The Innocence Mission
“Culminación de soledad y melancolía plasmadas en sencillas canciones folk de piano y guitarra acústica, con la voz emocionante de Karen Peris, que me toca la fibra desde el primer momento en que la escucho. Es música para la noche o para el invierno. Sus melodías celestiales me encantan. Soy ateo y ellos muy cristianos, pero no me importa, la intensidad es de todos. Los temas “I Never Knew You From the Sun”, “When Mac Was Swimming”, “Tomorrow on the Runway” y “One For Sorrow, Two For Joy” son joyas impagables”.
4 – Mediterráneo (Zafiro/Novola, 1971), de Joan Manuel Serrat
“Ya que no sé a qué isla me mandarás, me llevaré a mi querido mediterráneo por si acaso. Este disco ha significado mucho para mí y representa la poesía, el misterio y la calidez que la península ibérica me ha dado a lo largo de las décadas. Me encantan las canciones, las letras y los arreglos, que son exquisitos. Parte de mi alma vive en el mediterráneo, esto está claro”.
5 – Countless Branches (Dead Oceans/Popstock!, 2020), de Bill Fay
“Un disco que suena como un resumen de la vida y que a la vez es una especie de despedida de ella. Toca la esencia, toca fondo, es naturaleza también. Musicalmente tiene la sutilidad de J.J. Cale y también me recuerda a Randy Newman, aunque las letras son más sencillas y tienen una calidad melódica bastante superior.
El hecho de que el inglés haya publicado este gran disco a la edad de 76, me da esperanza para mi futuro como compositor-cantante, jejeje: Espero que haya wi-fi en esta isla, ¡para enviaros alguna obra maestra antes de morirme!”.