
El cuarteto de Cartagena muestra su vena más funk en el que es uno de los mejores temas de La noche, el álbum de debut con el que se postulan como una de las revelaciones de 2021.
Algún día alguien tendrá que elaborar un estudio sociológico a fondo sobre este asunto, porque la escena murciana (esto es, la de toda la Comunidad, no solo la de la capital) lleva unos cuantos años sin parar de generar bandas de rock que se encaraman en un plis a los puestos de preferencia de la escena indie estatal y copan su cartelería estival.
Los últimos en sumarse a esa nómina, la de los Viva Suecia, Second, Varry Brava y tantos otros, son Arde Bogotá. Son todas ellas propuestas musicales que podrán gustar más o menos, pero están perfectamente perfiladas y orientadas desde su mismo inicio a la conquista de grandes públicos. Y con una factura a la que hay poco poco que se le pueda afear: suenan potentes, con un concepto sonoro y estético bastante claro, enfilado a un target inequívoco. Y demuestran una vehemencia y una confianza en sus posibilidades que resulta casi intimidatoria. La letra de una de las canciones de Arde Bogotá, “Millennial”, es al respecto una declaración de intenciones.
Ellos son de Cartagena -de ahí nuestra mención al conjunto de la región, no se nos vaya a enfadar nadie-, y con su álbum de debut, La noche (Sony, 2021) han confirmado todo lo que apuntaban durante los meses previos, cuando ya se postulaban como una de las bandas revelación para este año, tal y como anotamos aquí mismo hace unos meses.
“Cariño” es una de las canciones más significativas del disco, la última que ha llegado acompañada de su correspondiente videoclip, dirigido por Mario Arenas y protagonizado por Sara Sánchez. Ellos la definen como “una canción para bailar, sin más, en la que funk y rock suben al ring para enzarzarse en un combate en el que el amor, no exento de heridas, al fin saldrá victorioso”, dicen.
La califican como “simple y directa, como las buenas proposiciones, y tiene ese toque de modestia del que sabe que no tiene nada que perder, porque pase lo que pase le prenderá fuego a la tarima. Una muestra de versatilidad de la banda en donde la experimentación no es excluyente con un bajo dinámico en sus estrofas, leads de guitarras sencillos y potentes que se repiten como un hook fácilmente recordable, y un cencerro”. O por resumir, también en sus propias palabras, “una canción de mierda”. Pues eso.