El dúo norteamericano hace que agotemos, de nuevo, los recurrentes calificativos a la ingravidez de su música con el último capítulo de su nuevo disco.
¿Han querido dignificar y reivindicar el viejo concepto de álbum al tiempo que comulgaban con un presente en el que, si no estás permanentemente publicando novedades, parece que no existes? ¿O simplemente les ha salido así porque era el ritmo de composición que las canciones les demandaban?
Sea como fuere, lo que está claro que la jugada de ir diseminando cuatro EPs sucesivos, a lo largo de varios meses, como una forma de desvelar su nuevo álbum, no les ha salido nada mal a Beach House.
Los de Baltimore se han marcado otro señor disco, con el que prueban otra vez que su fórmula admite más lecturas y renovaciones de las que se intuían hace algo más de una década.
Victoria Legrand y Alex Scally nos siguen invitando a agotar los adjetivos tópicos para describir su música: etérea, ingrávida, atmosférica, levitante, vaporosa… está justificado que recurramos al manual de lugares comunes porque sus canciones siempre los certifican.
Este cuarto y último capítulo de Once Twice Melody (Bella Union/PIAS, 2022) se publicó hace unas semanas, y con él ya está completo el listado de las 18 canciones que la integran. Un álbum, en definitiva, a la altura de cualquiera de sus mejores discos.