
El músico belga anuncia un nuevo álbum tras ocho años, avalado por una contagiosa cumbia electrónica que rinde tributo a la clase trabajadora.
No estaba muerto, tampoco de parranda. Afortunadamente. Hacía ocho años que no sabíamos nada del belga Stromae, una de las corrientes de aire fresco más revitalizadoras que tuvo el pop internacional a principios de la década pasada, y parece ser que estaba trabajando en canciones como esta “Santé”.
Desapareció al tiempo que decía que abandonaba la música. Pero parece que el gusanillo es más fuerte que esa convicción. Esta cumbia electrónica es un fantástico recordatorio de todo lo que nos enamoró de Stromae hace ocho años. Desde entonces, apenas publicó algunos singles. Y tanto su letra como su videoclip son también un honesto tributo a toda esa gente normal, trabajadores menestrales (casi todos) de nuestro día a día , sin cuyo esfuerzo no gozaríamos de muchas de nuestras necesidades más básicas.
El videoclip, dirigido por Jaroslav Moravec y Luc Van Haver, muestra a varios trabajadores ejercitando su más que merecido derecho al baile, a la diversión, a evadirse de la monotonía diaria. Quizá sin pretenderlo (o sí), aúna el homenaje a quienes proveen algunos de los servicios más básicos y la evasión/diversión que tanto hemos necesitado todos durante el último año y medio. En ese sentido, es un clip muy de su tiempo.
En principio debería formar parte de ese nuevo álbum que lleva anunciando desde el año pasado. Será cuestión de tiempo, porque todavía no hay fecha. Ecléctico, desprejuiciado, talentoso y siempre muy fresco, Stromae vuelve para reclamar su lugar en una escena pop que ha visto cómo en los últimos ocho años han emergido unos cuantos nuevos valores de mucho peso específico. En cualquier caso, el suyo es un hueco que nadie ha ocupado aún. Señal de que nos encontramos ante un artista único.