
El quinteto de Londres recurre a un clip de animación para ilustrar uno de los cortes más potentes de su álbum de debut.
Squid son una de las grandes revelaciones del rock británico de nueva generación. Su primer disco, Bright Green Field (Warp/Music As Usual), está repleto de andanadas de post punk afilado y poco convencional. Muchas de ellas, sin aprecio por la estructura ni la duración habitual de esas canciones que parecen diseñadas para sonar en la radio.
Una nueva prueba es esta “Pamphlets”, ocho minutos de canción y de videoclip, que reflejan la conciencia más social y política – desde una perspectiva nada obvia – de la banda del sur de Londres.
En ella, Squid arremeten contra los populismos de nuevo cuño. Contra esa gente que recurre a la deformación de la realidad para proyectar sus complejos y patologías particulares e irradiar el odio en nuestra sociedad, ya sean mensajes de rechazo a quien es diferente a nosotros, ya sean datos estadísticos que se retuercen para crear falsas dicotomías o ya sea la imagen de una cooperante abrazada a un inmigrante.
Los panfletos, el nacionalismo exaltado y rancio que recurre a mitos apolillados, los discursos de ínfimo denominador común que algunos políticos trazan para enardecer los instintos primarios de las masas: todo eso es contra lo que Squid se rebelan.
Tal y como explica el propio Raman Djafari, el director – alemán – de este clip de animación, el video es “una meditación sobre no encajar en la sociedad, sobre no sentirse compatible con la ansiedad y el estrés que proyectan, sobre explorar el miedo a sentirme excluido y confrontado con todo aquello que nos nos gusta de nosotros mismos”. Una forma de reforzar visualmente el mensaje de denuncia de la canción.