La talentosa e imaginativa cantautora británica anuncia su nuevo álbum con una canción repleta de magia.
Qué poco caso se le hace a Beth Orton de un tiempo a esta parte. Es verdad que ella tampoco lo pone demasiado fácil, porque cada vez se toma más tiempo entre cada uno de sus discos. Pero lo cierto es que su forma de probar siempre cosas nuevas y salir más que bien parada es encomiable.
Quien se quedara solo con su estampa de cantautora folk de finales de los noventa, no sabe lo que se pierde. Ya entonces demostró su inclinación a aliarse con músicos de la escena electrónica como William Orbit o los Chemical Brothers, pero lo que está haciendo en sus últimos trabajos supera ya cualquier catalogación, y lo hace con nota.
Es una música etérea, indefinible, podría decirse que de cualidades mágicas, que no se parece a nada de lo que se está haciendo ahora. Ya lo demostró en el fabuloso Kidsticks (2016), del que han pasado ya seis años, y lo confirma con esta canción que, lejos de presentarse como un single de tres o cuatro minutos, no tiene ningún reparo en explayarse hasta más allá de los siete.
Se llama «Weather Alive», es el primer adelanto del que será su nuevo álbum, a publicar el 23 de septiembre en Partisan Records (la casa de bandas tan jóvenes como Fontaines D.C. o Idles y músicos como Laura Marling) y vale la pena que lo dejes todo, te reserves ese tiempo y te dejes llevar por ella, porque es una absoluta gozada.
Un adelanto que invita a esperar el disco con expectación y devoción. La serenidad, el sosiego, la madurez y el embrujo que transmite lo justifica, desde luego.