El músico madrileño publica un rotundo disco de rock con influencias del soul y de la psicodelia, clásico pero al mismo tiempo contemporáneo.
Se llama Moses Rubin, pero es español. Ocurre que es un músico que se crió fascinado por Simon and Garfunkel, Eric Clapton, Bob Dylan, The Kinks, Dire Straits o The Beatles, y eso tenía que notarse -a la fuerza- en su propia música.
Él se define como un joven escritor de canciones amamantado en el blues, nacido en Madrid, de inspiración clásica, que forma parte de ese gran batallón de francotiradores de nuestro rock que saben que su público difícilmente coincidirá con el de los grandes festivales clónicos o con los gustos mayoritarios de las generaciones más jóvenes.
No obstante, propuestas como la suya certifican que el viejo rock and roll, arrumbado por el blues o la psicodelia, nunca morirán. Su segundo álbum, Dreams and Certanties (2022), es una delicia. Doce canciones producidas por el propio Moses Rubin, Lete G. Moreno, Sergio Valdehita, Rodrigo García -integrantes de la banda- y José María Rosillo, quien también ha sido el responsable de la mezcla, y con el mastering realizado por Jacobo Naya, integrante de la MODA.
Un disco estilísticamente variado, muy diverso, financiado por un centenar de mecenas a través de una plataforma de crowdfunding: prueba de que su legión de fieles puede no ser demasiado amplia, pero sí muy fiel. Como define su entorno, se trata de un trabajo “con un componente lírico, a medio camino entre la experiencia y la crónica generacional, que ilustra un recorrido vital hacia la madurez artística y personal”.
Canciones, en definitiva, rotundas, que beben de las fuentes clásicas pero saben sonar también contemporáneas.