La cantante, compositora y teclista de Fleetwood Mac deja tras de sí imborrables canciones de amor y desamor como “Don’t Stop”, “Say You Love Me”, “Hold Me”, “Little Lies” o “Isn’t It Midnight”.
Como bien se encarga de resaltar el escritor Luis Boullosa en su interesante y sagaz libro sobre Lana Del Rey (Diez maneras de amar a Lana Del Rey. Una investigación pop, editado por Liburuak), muchos de las grandes mitos pop californianos fueron adoptivos. Nacieron lejos de la costa oeste norteamericana. Y ese fue también el caso de la británica Christine McVie (1943-2022), fallecida ayer a los 79 años a causa de “una corta enfermedad”, según informó su familia.
McVie fue, junto a Stevie Nicks y Lindsey Buckingham, una de las tres voces y firmas principales de Fleetwood Mac durante sus años de máximo esplendor comercial y creativo (por mucho que les pese a los fans de su primera etapa, la más blues), entre mediados de la década de los setenta y la de los ochenta del siglo pasado. Suya es la firma de canciones imborrables como “Don’t Stop”, “Say You Love Me”, “Hold Me”, “Little Lies” o “Isn’t It Midnight”. Composiciones directas, con trazo de hit, escritas casi siempre alrededor de los sinsabores y altibajos emocionales de las relaciones de pareja.
Había nacido como Christine Perfect en Bouth, cerca de Birmingham, en 1943, y puede decirse que su vida cambió por completo cuando, tras formar parte de Chicken Shack, se casó en 1868 con John McVie cuando este ya era integrante de Fleetwood Mac en el tramo británico de su carrera. En 1974, ya como miembro de la banda de pleno derecho, se estableció en California junto al resto de Fleetwood Mac, cuya carrera cambiaría por completo con la incorporación de la pareja formada por los norteamericanos Stevie Nicks y Lindsey Buckingham.
No vio con muy buenos ojos su llegada (incluso se llegó a reservar un derecho a veto que no llegó a ejercer), pero a partir del álbum Fleetwood Mac (1975), y ya con los socavones convivenciales que afectaban a las dos parejas (incluso a las tres, si tenemos en cuenta los problemas del batería Mick Fleetwood con su mujer, la única no integrante del grupo), se destapó como una de los tres grandes surtidores de hits de una de las bandas más exitosas de todos los tiempos.

En el disco Fleetwood Mac (1975) firmó “Warm Ways”, “Over My Head” o “Say You Love Me”. En el multimillonario Rumours (1976) se permitió airear su sensación de liberación tras ocho años de matrimonio con John McVie cantándole a la cara “Don’t Stop” o “You Make Loving Fun”, esta última inspirada en el idilio que ya mantenía con el director de iluminación de la banda, Curry Grant, aunque para evitar las suspicacias de quien estaba a punto de convertirse en su ex marido, dijera en su momento que la había ideado pensando en su perro. Impresionante.
También “Oh Daddy”, una delicada balada que no tenía nada que ver con el cariz de ruptura y hecatombe sentimental (múltiple) del disco, dedicada a quien entonces era el único músico padre de la banda, Mick Fleetwood, llevaba su firma.
Su aportación bajó un poco de nivel en el doble y magistral Tusk (1979), para el que rubrica “Think About Me”, “Brown Eyes” o “Honey Hi”. Era la época en la que mantuvo una relación con Denis Wilson, de los Beach Boys. Pero se rehizo (algo) en Mirage (1982), con la fantástica “Hold Me”, y sobre todo con el último disco importante de Fleetwood Mac, un tan crepuscular como abrillantado Tango In The Night (1987) en el que se destapó con canciones tan arrebatadoras como “Little Lies”, “Everywhere” o “Isn’t It midnight”.
A partir de 2013 y desmintiendo el carácter definitivo de su retiro, reapareció intermitentemente para algunos de los conciertos de reunión de la formación más popular de los Mac, la formada por ella, Nicks, Buckingham, McVie y Fleetwood. Es decir, las dos ex parejas (cuya ruptura nunca fue un impedimento para seguir trabajando juntos) y el gigantesco (por su altura) batería fundador. Pero la despedida de Lindsey Buckingham del grupo y la negativa de Lindsey Buckingham a seguir girando con ellos hizo que el que fue último álbum con su nombre, al apreciable Lindsey Buckingham/Christine McVie (2017) no se publicara a nombre de Fleetwood Mac, como en un principio se había previsto, sino como alianza a dos bandas con Buckingham.