El logotipo de la lengua de los Rolling Stones ni fue creado por Andy Warhol ni inspirado en la boca de Mick Jagger, sino ideado por el diseñador John Pasche y basado en la lengua de la diosa india Kali.
Rojo pasión. Descaro. Insolencia. Rijosa sexualidad. Hedonismo. Joie de vivre. Todo eso – y seguramente algunas cosas más – transmite la célebre boca con la lengua hacia afuera que ha sido santo y seña de los Rolling Stones en las últimas cinco décadas. La imagen con la que se les lleva asociando desde 1971. Imposible no identificar a morritos Jagger con el logo.
Curiosamente, esa fue su intención inicial. Su historia es más compleja. El origen del logotipo de la lengua, ideado por el diseñador británico John Pasche, está ahora de flamante aniversario. Acaba de cumplir los mismos años que el rotundo Sticky Fingers (Rolling Stones Recors/Virgin, 1971), el disco para cuya promoción fue concebido, y que acabaría pasando a la historia como uno de los mejores de la banda. En ¡Mússica! lo colocaríamos en un Top 5. Sin duda.
Ver también: ¿Quién diseñó el logo de los Rolling Stones? – Gràffica
Influencia de la cultura hindú
El modelo que Pasche tenía en mente no era Mick Jagger, pese a su prominente labio. Era la diosa india Kali. Había recibido el encargo a través de una llamada telefónica de la oficina de management de los Stones al Royal College of Art londinense.
El diseñador se reunió con Mick Jagger y con Jo Bergman, su asistente. Ambos compartían su pasión por el cartelismo de la década de los 30 y los 40. La idea de la diosa Kali partió del propio Jagger, de hecho. El diseño se valoró en 50 libras. Eso es lo que cobró su autor cuando lo entregó.
Prospera el equívoco de atribuir la imagen de la lengua a Andy Warhol, algo que puede tener su lógica porque el diseño comparte cierto registro pop art, y porque en realidad sí que fue el mítico artista neoyorquino quien diseñó la portada de Sticky Fingers (1971), la de aquel pantalón vaquero marcando paquete, ya saben.
Aquella cubierta sería luego vetada en la España franquista y cambiada por la imagen de una lata de conservas de la cual emergían esos dedos pegajosos (y ensangrentados: es bastante más gore y supuestamente ofensiva que la original, tal era el sinsentido de la censura) que sustanciaban su título.
Pero no. No fue obra de Warhol. Fue John Pasche quien la creó para ser incluida en el encarte interior del disco. Y en una esquina de su contraportada. Una presencia aún discreta, que fue redimensionándose al alza con el paso del tiempo, conforme se convertía en un icono mundialmente reconocido.
Las nociones de «protesta» y «anti autoridad» son dos de los rasgos que Pasche le ha atribuido al logotipo a lo largo del tiempo en alguna entrevista, y que explican – para él – su durabilidad a lo largo de cinco décadas. Él fue, de hecho, el primer sorprendido cuando comprobó que pronto figuraría en camisetas, tazas, posters y toda clase de objetos. Su trabajo se había convertido en parte de la cultura de masas del siglo XX, en un reclamo más de la voraz sociedad de consumo. Algo que, en el momento de su creación, no podía ni imaginar.
La autogestión stoniana necesitaba un logo
La irrupción de la célebre lengua stoniana coincidió además con el inicio de la fase autárquica de la banda: la creación de su propio sello discográfico, Rolling Stones Records, encajaba como un guante con la necesidad de un logotipo que plasmase el espíritu del grupo.
Lo que nadie podía entonces imaginar es que fuera a perdurar durante tanto tiempo, algo que también se explica por la incombustible actividad de Jagger, Richards y compañía, aún en activo y actuando por todo el mundo en mastodónticas giras, que – previsiblemente, si la salud aguanta – se prolonguen cuando la pandemia sea solo un recuerdo.
En vista de las dimensiones que iba cobrando el logo, que hoy en día está considerado entre los quince más famosos de la historia según la revista Creative Review – junto a los de Apple, Michelin, CBS o la NASA – , su creador acabó llegando a un acuerdo con la banda en 1976 para poder cobrar royalties por las ventas de los objetos que lo lucían.
Es uno de los quince logos más famosos de la historia, según Creative Review, junto a los de Apple, Michelin, CBS o la NASA.
Así fue hasta 1982, momento en el que vendió los derechos de explotación de la imagen al grupo. Obviamente, ganó tal cantidad de dinero hasta entonces que aquella primera factura de solo 50 libras de 1971 (que equivaldrían a 885 en la actualidad) quedó en una mera anécdota.
Convertido en un icono, ya no solo de la contracultura de principios de los años setenta sino de la cultura pop y de masas de las últimas décadas, el logo creado por Pasche proliferó de tal forma que hay tiendas físicas enteras de objetos y memorabilia exclusivamente centrados en la lengua de los Rolling Stones.
John Pasche continuó diseñando portadas para discos de Dr. Feelgood, The Stranglers, Fischer-Z, Jethro Tull, David Bowie, The Who o Jimi Hendrix. Hoy está felizmente retirado. Y encantado de ser recordado como el hombre que delineó la lengua más famosa del mundo.