
El fotógrafo alicantino Álex Amorós muestra la bulliciosa actividad de una escena revival que recrea fielmente en la actualidad el espíritu de la dorada década pop británica.
Si hacéis la prueba de contemplar detenidamente estas fotografías, os costará aseguraros de que están tomadas en los últimos tres años. Entre 2019 y 2022. Aunque en absoluto lo parezca. Tan solo algún pequeño detalle lo revela.
Son fiestas, conciertos y bailes, al más puro estilo de los primeros guateques, que preservan concienzudamente la imagen de los años sesenta. Trajes bien planchados, tupés enhiestos, vestidos de lentejuelas y estampados psicodélicos, botas de caña alta y movimientos de baile espasmódicos que poco tienen que ver con los que se estilan en las discotecas de hoy en día. Parecen salidas de una dimensión paralela.
Son imágenes más propias del Swinging London, aquella época en la que la capital británica se convertía en el epicentro de la cultura pop gracias al éxito de The Beatles y todos los artistas que siguieron a su rebufo (la llamada British Invasion, como se la llamó en Norteamérica), el auge de la cultura mod y el posterior brote de subculturas como la del northern soul, que prendió con más fuerza en el norte del país.
Unos años sesenta esplendorosos, contraculturales, de profunda ruptura generacional con el pasado, apuntalados también por el triunfo de Inglaterra en el mundial de fútbol celebrado en su país, en 1966, mucho antes de la crisis económica de los setenta. Curiosamente, estas fotografías, que reviven aquellos años desde la actualidad, con un sentido de la resistencia cultural admirable, no han sido tomadas por un profesional británico, sino español.
Aunque bien podría ser británico, porque el alicantino Álex Amorós, fotógrafo y cineasta, lleva ya cerca de una década viviendo en Londres, y se ha empapado tanto de su ambiente (ya publicó hace unos años un excelente libro, Londoners, apoyado con varias exposiciones) que las imágenes que logra plasmar con su cámara son las de un testigo privilegiado que, como todo buen fotógrafo, se mimetiza tanto en su entorno que pasa desapercibido.
El eco de una ruptura generacional desde la contracultura
El proyecto Lé Scene, compuesto por 30 páginas de fotografías publicados en dos fanzines disponibles a través de su web, editados por Sugar Kane Editions, está integrado por imágenes tomadas en fiestas revival en Londres, Brighton y Margate. Integradas por seguidores de un modo de vida hedonista, que sigue aquella estética y aquella música con obstinada fidelidad. Hombres y mujeres de toda edad y condición, movidos por la música psicodélica, el beat, el garage, el northern soul o el pop de filiación mod, y para quienes el progreso difícilmente puede ser un arma cargada de futuro, tal y como están las cosas.
¿Pura nostalgia? Quizá. Pero también la necesidad de preservar una cultura, unos valores, un estilo de vida que en algunos casos es seguido como una religión, y que no merece quedar en el olvido. Al fin y al cabo, las modas son cíclicas y todos estamos destinados a aprender del pasado. Y a rescatar lo mejor de él.












(Fotos: Álex Amorós)