El dúo formado por Danger Mouse y James Mercer se luce en una larga pieza psicodélica que es uno de los puntos fuertes de su tercer disco.
Danger Mouse y James Mercer. James Mercer y Danger Mouse. Tanto monta, monta tanto. Forman uno de esos tándems absolutamente complementarios: las texturas de uno y las melodías de otro; la producción y la voz. El productor y ex miembro de Gnarls Barkley y el líder de The Shins hacen que de su alianza salten chispas en cada nuevo trabajo, y el recientemente publicado Into The Blue (AWAL, 2022) es otra brillante muestra.
Una de sus tarjetas de presentación, que bien puede serviros para introduciros en su mundo, fue esta preciosa “Love On The Run”. Siete minutos de psicodelia ensoñadora que lo mismo pueden remitir a Damien Jurado, Jonathan Wilson o Temples como a los maestros del rock progresivo de los años setenta.
Un arco de referentes suficientemente amplio, desde luego, como para seducir a casi un millón de personas, que son las que ya han escuchado la canción en Spotify o han visto su videoclip en Youtube. Como buen proyecto paralelo a sus ocupaciones principales, Broken Bells no se prodigan demasiado: solo tres discos en trece años. Pero cuando lo hacen, siempre vale la pena.
En esta ocasión han ampliado su abanico de referentes y han tomado buena nota de las enseñanzas de The Beatles, The Zombies o The Beach Boys, entre otros ilustres artesanos de la canción pop, para tramar un caleidoscópico listado de canciones, el más estilísticamente diverso de toda su trayectoria, que ya está cosechando las mejores críticas de toda su carrera en medios internacionales como Mojo, Uncut o New Musical Espress. Por algo será.