El cantautor de Seattle sigue rayando a un sobresaliente nivel con cada nuevo trabajo. El último lo ha publicado hace unos días.
Este hombre nos obliga a revisar todos los lugares comunes acerca de la infalibilidad humana. Es muy difícil dar con alguien que publique prácticamente un disco cada año y siempre a un nivel tan alto.
No hay deslices ni resbalones en la carrera de este cantante y compositor nacido en Seattle en 1972. Todo lo que toca lo convierte en oro. Es como un Nick Drake sin instintos suicidas. Como un Neil Young de salón. Un mayúsculo creador de canciones a las que poco importa encajonar en el folk o en el pop, porque lo tienen todo: melodías que cortan el aliento, arreglos sutiles pero medidos, elegancia y credibilidad en las formas.
También nos suele visitar con frecuencia en conciertos exquisitos, casi siempre en compañía de algún otro guitarrista. Y aunque ni mucho menos sea una estrella, no al menos como las conocemos, sí se puede decir que es uno de los grandes de la música de raíz americana de las últimas décadas. Sin duda.
Su última criatura se llama Reggae Film Star (Maraqopa Records, 2022), se publicó la semana pasada y es otra auténtica maravilla. Un dechado de talento y sensibilidad, con canciones tan preciosas como esta “Whatever Happened To Paul Sand?”, que no tiene video oficial (el presupuesto manda) pero no por eso íbamos a dejar de recomendárosla como nuestra canción/video del día.
En caso de que no lo conozcáis, no os arrepentiréis de entrar en su mundo. Cualquier disco vale para empezar, pero si comenzáis por este último, mejor aún.