
El cantautor asturiano vuelve con un adelanto de nuevo álbum que se decanta por ritmos latinos sin renegar su de su identidad.
Renovarse o morir. Nacho Vegas ha transido por casi todos los senderos que un cantautor de raigambre indie puede recorrer en los últimos veinte años. Lo que posiblemente no mucha gente esperase es que se dejara empapar por ritmo latinos.
De forma tímida, al menos por este avance. Pero también clara. No a esos “ritmos latinos” a los que hacía referencia aquella “Adoro a las pijas de mi ciudad” de La Costa Brava, no. Que no cunda el pánico. Es más una cadencia que un barniz.
“La flor de la manzana” tiene esa rítmica, entre el dembow dominicano y la bomba puertorriqueña, aunque no por ello deja de ser una canción de Nacho Vegas, plenamente atribuible a su estilo de componer y cantar.
Percusiones afrocaribeñas que parten del grupo Mancha ‘E Plátano, también responsable de los coros de la canción, que también asume influencias del “Darkness On The Face of The Earth” de Willie Nelson.
Una curiosa amalgama que, tal y como explican sus productores, Hans Laguna, Cristian Pallejà y Ferran Resines, surgió de este modo: “Nos pareció todo un experimento, en esta nueva etapa de Nacho, unir las tradiciones latina y anglosajona para conseguir algo que no hubiera hecho antes”. Un giro que recuerda bastante, al menos en intenciones (habrá que ver los resultados) al que hace años operó en la carrera de Xoel López.
“La flor de la manzana” es el primer adelanto del que será su nuevo álbum. Un disco que presentará en directo en unos meses, con una banda en la que también estarán Joseba Irazoki, Manu Molina y Juliane Heinemann. El videoclip de la canción ha sido dirigido por Miguel Brieva, ilustrador que ya colaboró con el asturiano en el artwork de Violética (Marxophone, 2018), su anterior trabajo.