
El cantante soul de Atlanta aboga por un sonido más moderno de lo que acostumbraba en esta «Steam», una de las mejores canciones de su reciente disco, Gold-Diggers Sound.
En el negociado al que se debe Leon Bridges, la competencia es feroz. Entre mujeres y entre hombres. Tenemos a Gregory Porter. A Curtis Harding. A Jon Batiste. A Myles Sanko. Y podríamos seguir citando nombres hasta la semana que viene, porque si algo no escasea en estos tiempos es soulmen con oficio, clase y buenas canciones.
¿Hay público para todos? Puede que sí. Pero si de lo que se trata es de trascender, ahí ya posiblemente la lista de artistas mengue. Y cuando decimos trascender nos referimos a ir más allá del apañado ejercicio de estilo. A replicar algo más que las relecturas de los grandes clásicos de la música negra. A ir un poco más allá. Esa pizca de coraje, audacia o espíritu de aventura que tanto se echa de menos a veces.
Leon Bridges intenta estar en ese club, y eso es muy de agradecer. No se conforma con ser un revivalista, un imitador de sus músicos favoritos. Intenta trasladar la tradición del soul y el r’n’b a nuestro tiempo. De hecho, él mismo dice que con Gold-Diggers Sound (Columbia, 2021) ha tratado de hacer un disco de r’n’b progresivo. El título del álbum hace referencia al estudio de Hollywood en el que fue grabado, por cierto.
Que lo haya logrado (o no) ya depende del criterio o del paladar del consumidor. Si nosotros tenemos que emitir un juicio, diríamos que su afirmación puede ser un poco temeraria (es complicado perfeccionar el mecanismo de la rueda a estas alturas), pero sí se puede decir que su tercer trabajo suena bastante parecido a nuestra idea de lo que debería ser la música negra en 2021.
¿Por qué? Pues porque no es un álbum rompedor, ni transgresor, ni vanguardista. Pero tampoco es un trabajo acomodado, ni clasicote, ni meramente formulista. Es algo más. Y tiene canciones como esta «Steam», cuyo estupendo videoclip ha dirigido el cineasta Bradford Young, y que se estrenó hace apenas unas semanas.
La agenda de directos de Leon Bridges, de momento, se limita a los EE.UU. hasta la primavera de 2022. ¿Le veremos por aquí más tarde? Crucemos los dedos, porque sería de lo más interesante comprobar de qué manera las canciones de este tercer disco, más sofisticadas y modernas que las de sus anteriores trabajos, se traducen en un show de altura.