
El músico gallego sigue fundiendo tradición folk con contemporaneidad digital en su nuevo trabajo, del que seleccionamos su corte titular.
Baiuca es, básicamente, Alejandro Guillán. Un músico gallego que está escribiendo algunas de las más fascinantes páginas de ese reciente pop español que sabe recoger la tradición de sus músicas populares para fundirlas con las nuevas tendencias.
Hay quien llama a lo suyo folktrónica. Y quienes lo hacen no van desencaminados. Porque su forma de darle un nuevo significado a los códigos de la más ancestral cultura gallega tiene sello propio, y encuentra también un encaje en la actual escena electrónica.
Embruxo (raso, 2021) es el nombre de su nuevo álbum. Un trabajo que ha contado con las colaboraciones de Rodrigo Cuevas, Cristian Silva, Lilaina o Xosé Lois Romero, y que está gozando ya de toda clase de parabienes críticos. Más que merecidos.
Y es también el nombre del que ha sido hasta ahora el último corte extraído, con videoclip dirigido por el cineasta Adrián Canoura.
El disco al que pertenece está inspirado por las cantigas y los mitos de la Galicia de siglos pasados: los mitos de las meigas, la brujería y la Santa Compaña, que dan continuidad a todo lo que ya apuntaba Solpor (raso, 2018), su anterior trabajo.
La música de Baiuca, quien estará – por cierto – en la próxima edición de La Mar de Músicas, en Cartagena, se inscribe con todas las de la ley en esa imparable corriente de artistas peninsulares que está sacudiendo el polvo, con mucho talento y pocos prejuicios, al folk de todos y cada uno de los puntos del estado.
Nombres como los de Tarta Relena, Maria Arnal i Marcel Bagés, Califato 3/4, Rodrigo Cuevas, Sandra Monfort o Los Hermanos Cubero.