La artista catalana anuncia fichaje por la histórica Verve y nuevo disco, con un primer avance absolutamente primoroso.
Esto no es una canción, es un embrujo. Hace tiempo que lo de Núria Graham (Vic, 1996) demanda el mismo trato que el que se le dispensa a cualquiera de las luminarias foráneas con las que se suele asociar su música: cualquiera que haya tomado buena nota, en resumen, como ella misma ha hecho, de las enseñanzas de Joni Mitchell, Todd Rundgren o Love. O, ya más recientemente, de Scott Walker o Blake Mills, dos de los nombres que menciona recientemente.
Ella define esta B1N0), enlazando con el espíritu do it yourself de las más genuinas producciones domésticas.
Con ella avanza lo que será su próximo álbum, Cyclamen, que será publicado por la histórica discográfica norteamericana Verve Forecast y por New Deal, el sello creado por el gran Blake Mills, exquisito músico a quien ya hemos reivindicado en este mismo medio en alguna ocasión. Melodías de viento, texturas de arpa y piano, fagotes y riffs de guitarra que se conchaban para dar vida a una de esas composiciones en las que a uno no le importaría quedarse a vivir una temporada.
La gira de presentación del nuevo material de Núria incluye un estreno en el Mercat de la Música Viva de Vic, hace solo unos días, y seis fechas en Estados Unidos, que incluyen parada en Primavera Sound Los Angeles, Portland, Seattle y San Francisco, a los que hay que sumar veintidós conciertos en diferentes ciudades europeas y tres fechas nacionales con paradas en Girona, Madrid y Barcelona. Si pasa cerca de tu ciudad, no te la pierdas.
(Foto de portada: Ingrid Ferrer Homs)