Drake, Cardi B o Roddy Rich encabezan el ranking de músicos con más enconados detractores («haters») a través de las redes.
Vaya por delante que cada cual es libre de dedicar su tiempo a lo que considere oportuno. Y que todas las opiniones, excepto las que se expresan acompañadas de insultos, son respetables. Pero quienes hacemos ¡Mússica! aún nos sorprendemos – más por una incurable ingenuidad que otra cosa, seguramente – de la cantidad de gente que está dispuesta a sentarse ante un teclado o una pantalla de móvil para lanzar improperios al prójimo. No ya solo a nuestra clase política, que eso aún se podría entender un poco, sino a aquellos artistas que no sintonizan con sus gustos, o que una vez lo hicieron pero luego perdieron su favor.
El mundo de la música pop no es ajeno a todo esto. Y cuanta más proyección tiene el trabajo (o cualquier aspecto de su vida) de sus principales protagonistas en las redes sociales, más se expone a que, por una cuestión meramente estadística, le acabe cayendo la del pulpo al mínimo desliz. O sin desliz de por medio, vaya, que atizar por atizar es lo que se lleva para muchos.
Twitter se ha convertido hace tiempo en el principal medidor de bilis contra músicos y artistas de toda clase.
La web británica OnBuy ha hecho pública hace unos días una lista en la que detallan los veinte nombres que generan más bilis en el Reino Unido. Aquellos que tienen el dudoso honor de acumular más haters. El estudio se limita a twitter, que en los últimos tiempos (ante el buenrollismo esteticista de Instagram y el cúmulo de nichos, cada vez más clasicotes, de Facebook) se ha quedado prácticamente sola en el monopolio del reparto de agrios mandobles verbales, vengan o no vengan a cuento.
El podio lo encabeza la rapera Cardi B (en la foto), a quien un 24% de los tweets que se le dirigen son negativos. Le sigue los también raperos Roddy Rich, con un 22,47%, el célebre Drake, con un 22,24%, revelaciones comerciales pop como el joven Lewis Capaldi, con un 19,59%, y a partir de ahí nombres como los de DaBaby (19,37%), Tones and I (15,94%) o The Weeknd (15,39%). Tampoco se salvan de entrar en este curioso Top 20 Lady Gaga (13,34%), Ariana Grande (11,86%), Megan Thee Stallion (10,63%), Dua Lipa (7,92%), Billie Eilish (7,63%) o Harry Styles (7,08%). Predomina el hip hop – al fin y al cabo, es el género del beef, la pullita en público entre sus gallos de pelea, alguien podría pensar que algunos de ellos fomentan que luego les den a probar de su propia medicina – , el r’n’b y el pop comercial de amplio espectro. Sorprende que no estén ni Kanye West ni Shakira, quienes el año pasado casi reventaban el odiómetro twitteril con porcentajes de un 38% y un 45% de comentarios negativos, respectivamente. A Cardi B, eso sí, nadie la baja del podio de los tres primeros.
Proliferan en este Top 20 los músicos de hip hop, seguidos de figuras del r’n’b y el pop más comercial.
Habrá quien identifique la proliferación de haters propios con el éxito y los músicos: sin duda, puede ser visto como sinónimo de repercusión. Aquello de que es bueno que hablen de uno/a, aunque sea para mal. Incluso podría decirse que no hay estrella sin haters en el firmamento pop, sin duda. Pero es tanta la música interesante que tenemos hoy en día a nuestro alcance a tan solo un click, hay tantos discos, tantas películas, tantas series y tantos libros a los que dedicar el tiempo (ni en varias vidas terminaríamos de llegar a todo), que no deja de asombrarnos que todavía haya tanta gente invirtiendo parte de su quehacer diario en afilar su ingenio en el arte del improperio – en el mejor de los casos, porque la mayoría de las veces el tema no pasa de la descalificación más pueril – por un puñado de míseros likes (porque al destinatario le van a importan bien poco). De todo tiene que haber el mundo, sin duda. Y quizá sea mejor así. Quién sabe.