A veces en la vida te topas con gente arrastrada por la pasión. A esa gente la fuerza le asoma por las pupilas cuando arrojan las palabras. Esa gente impulsa, enseña, inspira y calma. Esa gente, alegra y se alegra. Pero ojo con esa gente, cuando además es buena gente. Cuidado con soltarla.
No conozco una palabra más contradictoria ‘gente’, eso que parece que no va con nosotros y a la vez no existiría sin nosotros. Nosotros también somos ‘gente’, me dijo alguien una vez. Tenía razón. Sentimos que está la ‘gente’ y luego nosotros, que no somos gente, pero todos hemos sido, somos y seremos ‘gente’ alguna vez.
La gente siempre ha sido causa y recurso, en la música, en el cine, en el arte, en la vida. 1923 tiene en común el nacimiento de la poeta polaca Wislawa Szymborska, Nobel de literatura, y del poeta argentino HamletLima Quintana. Ambos le han escrito a la gente.
De la primera cayeron en mis manos sus poemas hace años y más tarde el libro Correo Literario de Nørdica Libros, que recoge las respuestas a principiantes que enviaban sus textos a la revista “Vida Literaria” en la que trabajó al frente de esta sección desde el 60 hasta el año 81 y tenía una columna crítica. Los textos son una joya que desprenden humor, ironía y también valentía, porque aún es asignatura pendiente el ser capaces de decirle a la gente lo que pensamos de verdad.
Hay quienes
Hay quienes llevan a cabo la vida más hábilmente.
Tienen orden en su interior y en su alrededor.
Para todo la manera y la respuesta adecuada.
Adivinan inmediatamente quién a quién, quién con quién,
con qué objetivo, por dónde.
Ponen el sello en las verdades absolutas,
arrojan a la trituradora los hechos innecesarios,
y a las personas desconocidas
a las carpetas destinadas a ellas de antemano.
Piensan justo lo debido
ni un segundo más,
porque tras ese segundo acecha la duda.
Y cuando los dan de baja de la existencia,
dejan su puesto por la puerta señalada.
A veces los envidio;
afortunadamente se me pasa.
Wislawa Szymborska
–
También Benedetti hablaba de la gente en aquel poema La Gente que me Gusta: «Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño. […] Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón»
El mundo está repleto de gente, y luego está esa gente amable que con gestos reconforta, gente que cuando pregunta cómo estás lo hace de verdad, que habla y se habla, que escucha y se escucha, gente que agradece, que respeta y cuida . Como escribió Hamlet Lima en su poema Gente Necesaria: «Hay gente que con solo abrir la boca llega a todos los límites del alma […] Hay gente que es así, tan necesaria».
En este primer mundo en el que nos esforzamos tanto en mantenernos ocupados, recuerdo a Gloria Fuertes que al igual que Wislawa demostró que la poesía no estaba exenta de humor en ese «La gente corre tanto, porque no sabe dónde va, el que sabe dónde va, va despacio, para paladear el ir llegando.»
A veces me gusta pensar en la gente y en cuando la gente se convierte en gente de verdad, capaz de formar un solo ente para cambiar las cosas, me gusta rendirme a mi sueño y pensar que la gente tiene el poder como decía Patty Smith.
Porque a pesar de todo, a mí me gusta pensar que la buena gente existe y que a veces gana, aunque sé que la mayoría de las veces es mentira. Por cierto, este poema que Wislawa escribió hace unos años podría ser de ahora, porque a veces la historia se repite en cada esquina y la gente no gana.
Cierta gente
Cierta gente huyendo de cierta gente.
En cierto país bajo el sol
y bajo ciertas nubes
[…]
Dejan tras de sí su cierto todo
[…]
Llevan en la espalda cántaros y bultos,
cuanto más vacíos, más pesan
[…]
Alrededor ciertos disparos, más lejos o más cerca,
y en lo alto un avión que, un poco, se balancea
[…]
No estaría mal una cierta invisibilidad,
[…]
Algo ocurrirá todavía, pero dónde y qué
[…]
quizás no quiera ser un enemigo
y los deje con una cierta vida.
Wislawa Szymborska
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