Hablamos con la artista francesa de origen argelino, autora del sensacional El Hadr (2023), debut largo que presentará en junio en el Sónar.
Entre las mayores influencias de Sabrina Bellaouel, francesa de origen argelino de 32 años, figuran Jill Scott, Radiohead, Sade o Timbaland, y todo eso se traduce en un fascinante álbum de debut que funde soul, r’n’b, house y raï con encomiable destreza, y que ya os recomendamos en Mússica hace unas semanas, desde el mismo momento en que se publicó. Se llama El Hadr (2023) y es sensacional.
Nacida, criada y afincada en Bagneux, a las afueras de la periferia sur de París, Sabrina Bellaouel ha vivido entre dos mundos: entre su herencia argelina y su fe musulmana, con un agudo sentido de la historia y la cultura; como bereber, habla francés y árabe. Su madre procede del desierto meridional, donde las reuniones tienen como banda sonora a músicos locales que tocan instrumentos norteafricanos con tambores electrónicos; y su abuela, que contrabandeaba armas para los soldados durante la guerra franco-argelina, es su inspiración máxima para querer involucrar la danza argelina en sus actuaciones en directo.
Podremos ver a Sabrina Bellaouel en la próxima edición del Sónar, a mediados de junio en Barcelona. Y hemos aprovechado para entrevistarla.
Has producido el disco tú misma. ¿Preferías no delegar en nadie?
En un momento concreto de mi viaje, me di cuenta de que para ser capaz de hacer la música que quería escuchar, necesitaba interferir en el nacimiento de la cancion. Así que empecé a producir, para que las canciones tuvieran mi ADN desde el principio. Dicho esto, me encanta colaborar con otros músicos y compartir ideas. En este disco hay mucho trabajo en común. Por ejemplo, Basile 3 me ha ayudado a dar forma a muchos sonidos.
¿Cuáles eran tus artistas favoritos cuando empezaste a hacer música?
Admiro a muchas artistas mujeres de todo el mundo, como Aaliyah, Destiny’s Child, Jill Scott, Warda Al Jazairia o Björk, por ejemplo.
¿Qué clase de música escuchas ahora?
Para serte sincera, ahora mismo no investigo tanto en nuevas propuestas como hacía antes. Estoy en una fase de silencio total, o en todo caso a veces frecuencias de música Reiki. A veces necesito generar espacio a mi alrededor para aproximarme a una nueva fase de creación artística.
¿En qué medida crees que tus raíces argelinas y tu fe musulmana influye sobre tu música?
No hago música religiosa, pero siento como si mis raíces argelinas y mis creencias personales me dieran una perspectiva más amplia del mensaje que debe subyacer en mi música. A través de mi viaje personal, mi fe es como un compás que me ha ayudado a afilar mi intuición, ya sea para elegir con quién colaborar en el estudio o en qué idioma debería vehicularse cada canción. Crecí en París, que es un crisol de muchas culturas que conviven, y estoy muy orgullosa de poder perpetuar el ADN de mis ancestros a través de mi música.
«Crecí en París, que es un crisol de muchas culturas que conviven, y estoy muy orgullosa de poder perpetuar el ADN de mis ancestros a través de mi música».
¿Cómo entraste en contacto con InFiné, tu discográfica?
Alexandre Cazac contactó conmigo después de verme un par de veces en directo. Hablamos sobre música y nuestras visiones del negocio. Sentí que haríamos una buena combinación.
¿Te ves formando parte de una escena particular dentro de la música hecha en Francia?
Creo que formo parte de una nueva categoría de mujeres cantantes y productoras que hacían mucha falta en la escena musical de mi país.
¿Cómo definirías el hecho de componer música? ¿Una terapia? ¿Una forma de entender el mundo? ¿Una forma de profundizar en cierta espiritualidad?
Para mí, la música es un reflejo de mi mundo interior. Un enorme torbellino (risas). Conforme crezco, voy uniendo las piezas del puzzle y entendiendo mejor mi cometido en esta vida. Componer música es un billete de ida a lo desconocido. A veces puede ser algo muy oscuro, pero como ocurre con las semillas, florece en la oscuridad.

¿Cómo describirías tu música a alguien que nunca te haya escuchado? ¿Os crees que es un ejercicio inútil?
Alguien me dijo una vez que la música es como un viaje en el que puedes experimentar todos los aspectos de la vida. Creo que muchos de nosotros escuchamos música cuando no sabemos exactamente cómo nos sentimos, y eso nos ayuda a sobrellevarlo. Si hubiera una máquina que pudiera traducir o decodificar imágenes en notas musicales, sería Al Hadr. Es difícil para mí definir a qué estilo pertenece mi música porque tengo muchas influencias distintas. La única palabra que se me ocurre es “experimental”, supongo.
«Creo que muchos de nosotros escuchamos música cuando no sabemos exactamente cómo nos sentimos, y eso nos ayuda a sobrellevarlo».
Eres Libra, y la hoja de prensa lo resalta para destacar que era una persona que siempre busca el equilibrio. ¿Se traduce eso a la música a la hora de buscar e equilibrio perfecto entre estilos y texturas?
¡Sí! Se puede decir que sí. A los Libra nos encanta el equilibrio estético entre lo frío y lo cálido, lo nuevo y lo viejo, así como todas las tonalidades posibles (nuances)
Vas a pasar por el Sónar en junio, en Barcelona. ¿Has estado antes en España, como turista o como profesional?
Actué el verano pasado en Lout en Barcelona y me encantó a ambiente. El público español es conocido por ser acogedor y caluroso. Estuve también en Granada cuando finalicé mi master degree en 2014, para aprender flamenco porque soy muy fan de la familia Morente y de Paco de Lucía. Pasé seis meses allí.



