Saltarse los códigos (y las filas) es lo que está definiendo la breve carrera de Belize Kazi aka BB trickz, artista de 23 años que ha sacudido la estancada escena urbana española tras lanzar ‘Bambi’ en TikTok.
Si tienes alguna red social, seguramente hayas escuchado al nuevo fenómeno del sexy drill, un subgénero del trap. Y no, no es un hombre de 30 años con gorra, bolso y tatuajes de un barrio de bloques de Madrid. Es una chavala joven, racializada y con aspecto angelical narrando la cotidianidad de su día a día de forma equidistante y áspera, que se mete con quien sea independientemente de su status, como fue el caso de Yung Beef en ‘Ah!’, “Te follaste a Yung Beef, ahora tienes sida”.
Es por ello que no hay descripción mejor para definirla que unbothered baddie, una expresión que se ha popularizado en EE.UU y las redes sociales para referirse a las mujeres que dicen lo que piensan, sin rodeos. Y es más poderosa todavía cuando aparece rodeada de sus amigas baddies, recordando al cast de la película Mean Girls.
Pero desgranemos por partes las claves de su éxito. La primera, sus letras. De repente, una bimbo (término que se refiere de forma despectiva a una mujer de expresión hiper femenina y carente de inteligencia), chulea con letras como “Pregunta a mi ex, casi se suicida” o “cuando llego a la disco me salto la fila” como si le diera exactamente igual. No es que el público busque letras profundas ni la canción política, pero en el marco del drill no había ninguna figura femenina ocupando este espacio en España.
En el marco del drill no había ninguna figura femenina ocupando este espacio en España
La segunda, su actitud y forma de cantar. El hecho de que BB Trickz se presente completamente unbothered a la hora de cantar –hasta el punto de que parezca que esté hablando– es algo muy valiente que hasta ahora sólo habíamos escuchado de artistas masculinos como Cecilio G o Gloosito en España. El doble estándar aquí es clamoroso, ya que la sociedad percibe a estos dos artistas como “jefes”, frente a la “estafa” a BB trickz.
Además, si volvemos al primer punto y nos paramos a analizar las letras de ambos, destacan por su espontaneidad y poca pomposidad. Gloosito canta en Guns Akimbo, “¿De verdad tengo que explicártelo otra vez? Coño, qué pereza. Otra vez olvidé dónde aparqué anoche, coño, qué cabeza”. Mientras, Cecilio G repite «Tengo la Salsa» hasta 16 veces en el estribillo de la canción con ese mismo título. Ambos acumulan 700K oyentes mensuales en Spotify. Y si analizamos la textura y calidad de la voz, ¿estamos haciéndolo también con artistas hiperpop como MDA o Sticky MA, conocidos por distorsionar su voz completamente con el autotune?
Parte de este hate hacia las artistas femeninas viene promovido por los incels, esa comunidad de hombres que se dedica a infravalorar y atacar a las mujeres desde las profundidades de Internet. Si hasta una chavala hiper femenina de aspecto adolescente vacila, ¿qué le queda a ellos? El hecho de que una mujer adopte los códigos propios de la masculinidad (tóxica) resulta intimidante para muchos, y empoderante para muchas.
Si hasta una chavala hiper femenina de aspecto adolescente vacila, ¿qué le queda a ellos?
De hecho, la persecución ha sido constante desde el principio, con posts sacando a la luz su pasado como modelo comercial por todo Internet, como si esto invalidara su talento para triunfar en la música. Algo que le pasó a otra artista con una irrupción similar en la industria, Bad Gyal. Cuando la catalana lo rompió con ‘Pai’ en Youtube hace 7 años, se destacaba que era una nepo baby por tener un padre actor, y no que trabajara en la panadería de su pueblo para costearse su música.
Bad Gyal, al igual que BB trickz, surgió en una época en la que la sociedad necesitaba una referente femenina. Y, aunque inicialmente pudiera parecer que estaba en el underground, lo cierto es que ha demostrado una evolución gigantesca que la asemeja más a Karol G o Beyoncé que a La Vendición, el sello independiente de trap granadino. Y todo apunta a que con constancia y autenticidad puede ocurrir lo mismo a BB trickz, la nueva referente de la Generación Z. ¡Que vivan las baddies!