La cantautora de Missouri entrega un magnífico disco, tan sereno como curativo, avalado por este tema titular.
La música es como una analgésico. Una medicina. Para quien la escucha, pero (sobre todo) para quien la compone. Son innumerables los traumas, los sinsabores y las decepciones que se han purgado a través de las canciones. Otra cosa es que la calidad que han deparado haya sido considerable, o no. Pero es evidente que escribir e idear melodías, y luego ensamblarlas, es una de las mejores formas que cualquier músico tiene para superar un mal trago.
En el caso de la norteamericana Angel Olsen, es más que palpable. Hace unos meses que, con una diferencia de solo unas semanas, morían su padre y su madre. El doloroso trance la condujo también a aceptarse a sí misma al cien por cien, y a dar a conocer en público que tenía pareja, y que no era del mismo sexo. Cuando falta lo más importante, casi todo lo demás pasa a ser secundario, debió pensar. Y con esos mimbres afrontó el que iba a ser su sexto álbum, Big Time (Jagjaguwar/Popstock!, 2022).
El resultado, lejos de ser un tostón auto conmiserativo, es un trabajo rebosante de serenidad, melancolía y cierta esperanza. Está dedicado especialmente a la memoria de su madre, a quien le encantaba el country rock, y aunque sus tiros van por ahí, por esa música de raíz americana tan reconocible, lo cierto es que sus canciones brillan por sí solas con independencia del género. Porque no son un ejercicio de estilo.
Esta “Big Time”, que le da título, es uno de sus mejores argumentos, y también la segunda con más escuchas en plataformas de streaming (aunque también es la segunda en orden de aparición, detalle importante cuando tanta gente apenas presta atención más que a los dos o tres primeros cortes de cada disco). Es una preciosa canción, desde luego, pero aquí os animamos a que no perdáis detalle del resto del álbum, porque es una delicia. Ha recabado excelentes críticas, y con todo merecimiento.
El 29 de septiembre en La Riviera y el 30 en Apolo será cuando lo presente en directo en nuestro país. Dos citas a subrayar en el calendario con rotulador bien rojo, no se nos vayan a olvidar.