Eficaz y elástico, el nombre de la banda londinense lleva más de tres décadas asociado a los cinco caracteres plasmados por el estudio Stylorouge cuando ni imaginaban que llegaría tan lejos.
Muchas veces son los conceptos más sencillos los que encierran las personalidades más complejas. Y también los que más duran en el tiempo. A lo largo de su carrera, Blur han buceado en la psicodelia post rave, en el pop sixtie, en el electro pop, en el rock de guitarras al estilo noventero norteamericano e incluso en los sonidos africanos. Pero siempre han escrito su nombre con los mismos caracteres en cada uno de sus discos. Un logo sencillo, usable, imperecedero. Una imagen de marca de lo más eficaz.
La última reformulación de su tradicional logo es la que han utilizado para anunciar por todo lo alto su próximo concierto en el legendario estadio de Wembley, el próximo 9 de julio de 2023. Una cita a la que luego se sumaron otras, como la de la visita que rendirán a Barcelona el 1 de junio y a Madrid el 8 de junio con motivo de la celebración del Primavera Sound. El test del tiempo ha hecho ya de la escritura de la banda en letras minúsculas todo un clásico.
La versión de Wembley, que es la que hemos elegido para encabezar este artículo por estar de plena actualiad, lleva a su alrededor una elipse con los colores de la bandera británica, muy al estilo de la diana mod que se popularizó en tiempos de The Who (y con la que ellos tanto se identificaron a mediados de los noventa), aunque también recuerde por su forma al logo de la CBS. Pero durante las más de tres décadas que lleva siendo utilizado, se ha adaptado a múltiples formatos y colores, con la misma facilidad que con la que Damon Albarn y compañía cambiaban de estilo musical.

Los creadores de un logo tan sencillo como funcional, aunque en su momento no pudieran ni imaginar que fuera a gozar de tal proyección y popularidad en el tiempo, fueron el estudio Stylorouge, ubicado en Kent y fundado por Rob O’Connor en 1981. Responsables, al mismo tiempo, de todos y cada uno de los artwork de los discos de Blur desde su debut en 1990 hasta 2013.
Una marca que también trabajó para Morrissey, The Cure, Stereophonics, Simple Minds, Sandie Shaw, Menswear y muchos otros músicos de las islas. Estos que veis aquí bajo estas líneas fueron algunos de los esbozos que barajaron antes de decidirse por el definitivo.

La elección del logo definitivo fue consensuada entre la banda, Stylorouge y David Balfe, quien era el ex teclista de los Teardrop Explodes de Julian Cope y el propietario de Food Records, la discográfica que había fundado en 1984 y que acogió a Blur desde sus primeras canciones en 1990 hasta que, en 1994, justo cuando el cuarteto empezaba a romper en las listas de éxitos con el magistral Parklife (1994), fue adquirida como subsello de la multinacional EMI.
Rob O’ Connor ya dijo en alguna entrevista que en aquella época, a principios de los años noventa, los grupos de pop y de rock no eran tan conscientes como ahora de la importancia de contar con un logo que los identificara fácilmente, pese a que ya los de Queen, Ramones o The Who, por poner solo tres ejemplos, empezaban a gozar de la notoriedad que luego les permitiría convertirse en motivos de un inagotable merchandising, que hoy en día llega a poner imagen a camisetas, tazas, llaveros, muñecos y toda clase de objetos, cuya venta ha ido aumentando a medida que bajaba la de los discos de sus autores.
Aquí debajo tenéis una animación con el logotipo encapsulando el artwork de las portadas de sus diferentes álbumes (que corrió a cargo de artistas como Julian Opie, el propio Graham Coxon, guitarrista del cuarteto, o el mismísimo Banksy), al menos todos los que editaron hasta 2015. Sencillez, funcionalidad, adaptabilidad y una personalidad definida: atributos más que suficientes para pasar a la historia como parte de la imagen de uno delos grupos de las últimas tres décadas.
