Como si fuera un cruce entre su admirada Amy Winhouse y la Mala Rodríguez, la artista catalana presenta candidatura a nueva estrella de nuestro pop con un notable disco de debut que aúna hip hop, r’n’b, trap, flamenco o dancehall.
Los talent shows televisivos de este país se están convirtiendo en un arcón de promesas desestimadas que luego se convierten en estrellas. Ocurrió con Rosalía, y podría volver a ocurrir con la también catalana Lia Kali, quien pasó sin mucha pena ni gloria por La Voz (Antena 3) en 2019 y ahora mismo está en la pole position para ser una de las grandes estrellas del pop español en los próximos años.
Entonces tenía 21, ahora tiene 24 años. Y una confianza en sí misma que resuena por todos y cada uno de los surcos de Contra todo pronóstico (Propaganda Pel Fet, 2023), su álbum de debut, publicado hace solo unos días. Un disco que rebosa compromiso, honestidad, descaro y ambición, porque son muchos los estilos que se ven reflejados en él, siempre desde un prisma contemporáneo.
La presentación que de ella hacía aquel talent show televisivo, y que aún puede verse en su web, nos decía que Lia Kali compaginaba su trabajo «como camarera con los bolos que realiza rindiendo tributo a su gran ídolo, Amy Winehouse«, y con un estilo que definían como «bohemio y muy personal». Una presentación que, a día de hoy, se queda (afortunadamente) más que corta.
«Para soñar tuve que creer, para brillar me lo trabajé, a ratos dudo de mi fe, cantar para volver a crecer. Me siento delante del papel, sonríe mi ángel», dice ella en «Soñar», el estupendo corte que pone fin a los 35 minutos de este disco. Uno de los mejores, en clave de moderno r’n’b (al igual que en «Los Jajas»), de un trabajo que también lidia con el hip hop de la vieja escuela en «Falso» o «Contra todo pronóstico», con las raíces flamencas en «Me hace mal», con el dancehall en «Puñales» o con la rumba-trap en «Volvernos a amar».
Una ensalada de estilos que depura con excepcional soltura, y para la que esta devota de Nina Simone, Ella Fitzgerald o Lauryn Hill, apasionada por la música gracias a la herencia sanguínea de su padre (que fue baterista), ha contado con el apoyo de DAAX, Yeke Boy, Acción Sánchez, Slowbou, J. Abecía, Elane, SFDK y Nanpa Básico como colaboradores, además de la producción de Toni Anzis.
No es fácil integrar tantos lenguajes en un solo trabajo, que además es el primero, y hacerlo con tal desparpajo y frescura. Lia Kali lo ha logrado, en una sintonía no demasiado lejana a la de Queralt Lahoz, aunque con un poso menos caribeño y flamenco, bastante más urbano, y solo el futuro dirá dónde está su límite.
Foto de portada: Martyna Link.