Charlamos con la banda sevillana, autores de uno de los discos más estimulantes e imaginativos del reciente pop español.
Kike Suárez, Javi Blanco, Juanlu Romero, Jaime Sobrino y Alejandro Fernández son Vera Fauna Autores de Los años mejores (Ernie Records, 2023), un estupendo tercer disco que tiene la rara virtud de hermanar psicodelia pop, aires flamencos y efluvios de blues o reggae. Lo mezclan todo con una naturalidad pasmosa. Lo presentan en directo el próximo 11 de mayo en Valencia (Loco Club), el 12 en Pamplona (Kafe Antzokia), el 13 en Miranda de Ebro (La Fábrica de Tornillos), antes de continuar gira en Sound Isidro, Sonorama o Cala Mijas. Hablamos con ellos a través de la pantalla del PC.
Yo os he definido alguna vez como un cruce entre Kiko Veneno y Mac DeMarco. No sé si os parece una estupidez o un acierto.
Jaime Sobrino: Yo creo que es acertado, porque ambos forman parte de nuestro universo de influencias. En concreto, a Mac DeMarco lo escuchábamos muchísimo al comienzo de la banda, allá por 2015. Y ese sonido de guitarras pegajosas con chorus y tal, de toda esa onda neopsicodélica y vaporwave de entonces, lo escuchábamos mucho. Y a Kiko Veneno lo escuchamos desde que éramos niños. Si te das una vuelta por cualquier plazoleta de Sevilla donde haya chavales garrapateros o con aspecto perroflauta, un par de canciones de Kiko Veneno vas a escuchar.
¿Cómo surgió la colaboración de Kiko en este disco?
Juan Luis Romero: Pues fue gracias a Josiño (Carballo), nuestro manager. Fue mérito suyo. Habló con (Carlos) Mariño, que es el manager de Kiko. Es algo que vino desde arriba, pero creo que congeniamos bastante bien. Nos lo propuso, y aceptamos encantados, aunque hasta el último momento estuvimos surfeando en la incertidumbre porque no sabíamos si se iba a presentar en el propio estudio de grabación. Y sí, apareció con su Mercedes blanco y le apeteció echarse un cantecito (risas).
Tengo la impresión de que escucháis música muy diversa. Blues, bossa nova, flamenco, reggae… me suena que hay un poco de todo eso. No sé si vuestra propuesta surge de la suma de todos vuestros gustos.
Alejandro Fernández: Yo creo que veo la banda desde otros puntos de vista, al haber entrado más tarde que el resto, y todo eso se acaba mezclando de una manera muy natural. Aunque sí es verdad que, aparte de que todos somos muy inquietos musicalmente, y profundizamos mucho en los estilos en los que estamos en cada momento, como que cada uno de nosotros tiene una debilidad por un estilo concreto. Y al final eso, aunque el lenguaje y la estética de la banda tienen una sola dirección, es como que al final se acaba mezclando. Creo que todos los estilos que has dicho, están. Pero también cosas del neo soul, o más negrotas. Pero nunca pretendemos hacer una canción de un género concreto.
Juan Luis Romero: Desde mi punto de vista, las ganas de hacer canciones vienen de la curiosidad de saber qué es lo próximo que vamos a mezclar. Se nos quedan tantas cosas en el tintero que apetece aprovechar la siguiente ocasión para ensayar otras derivas. Así es como lo veo yo. Las canciones no dejan de fotografiar un momento concreto, y dan ganas de ponerse a componer cosas nuevas constantemente.
Javi Blanco: Una de nuestras mayores motivaciones es que Vera Fauna sea como una destilería de música. A todos nos motivan muchos tipos de música y la banda es una excusa para volcar todo eso y hacer algo vaya un pasito más allá.
El 99’99% de los grupos dicen que lo suyo surge de un modo natural, pero en vuestro caso creo que esa sensación se transmite de verdad. Suena todo muy fresco. ¿Creéis que esa frescura se puede ir perdiendo con el paso del tiempo?
Jaime Sobrino: Ayer tuvimos una conversación con unos compañeros que tienen el local de ensayo justo al lado del nuestro y comentábamos precisamente esto. Se me ocurren pocos ejemplos de artistas y bandas longevas que consigan mantenerse más allá del hype de discos anteriores. Sus fans cumplen años al mismo ritmo que ellos, y son incapaces de ganarse nuevos fans. Con lo cual, te estoy respondiendo. Ojalá la banda sea siempre capaz de que cada disco traiga un punto de frescura, pero creo que es algo que, honestamente, han conseguido muy pocos artistas. Kiko Veneno, disco arriba, disco abajo, siempre consigue que al menos dos o tres canciones de cada disco transmitan una cosa nueva y fresca. Y se gana nuevos oyentes. A quien no le entre por la rumba, le puede entrar por la canción que tiene con Bronquio, «La higuera».
Juan Luis Romero: También habría que tener en cuenta la diferenciación entre lo que es una banda y la autoría más personal. Desde los chavales que desde su habitación pueden ser directores de orquesta y componer aderezando gotita a gotita, mezclando volúmenes… la frescura está ahí en nuestro caso por ese componente de improvisación que tenemos, y que para lo bueno y para lo malo, nos va a acompañar bastante, porque es nuestro modus operandi. Mientras sigamos componiendo así, creo que ese componente de frescura al que te refieres, permanecerá con nosotros.
«Se me ocurren pocos ejemplos de artistas y bandas longevas que consigan mantenerse frescos más allá del hype».
¿Qué creéis que ha aportado Raúl Pérez al disco?
Jaime Sobrino: Nos ha aportado identidad. Nuestra intención y sonido estaban en clave de boceto, y él nos ha ayudado a perfilarla. Ha conseguido que sepamos hablar nuestro propio lenguaje. Antes de pasar por su estudio, La Mina, éramos unos analfabetos de nosotros mismos. Y ahora nos sabemos leer un poquito mejor y nos sabemos expresar con mayor identidad.
Juan Luis Romero: Es muy cómodo trabajar con él porque te sigue la conversación casi mejor que como lo hacemos entre nosotros mismos. Conoce nuestras referencias en profundidad. Puede completar algunas de las carencias que tenemos a nivel de producción. Y lo que me fascina de él es que debe hacer lo mismo con el resto de bandas que pasan por ahí, y son todas de estilos muy distintos. Del garage al punk o a la canción de autor.
Alejandro Fernández: Es la vocación que tiene por la canción y por el sonido en cualquier disco, que acaba hablándote de ti mismo de una manera que tú desconoces. Aporta una visión muy profunda. Raúl (Pérez) puede ser lo que tú necesites y a cada momento, y lo identifica enseguida. La forma que tiene de mezclar las baterías y las voces también son muy personales.
Vuestras canciones hablan de asuntos del contexto social y político que nos rodea, pero desde un cierto costumbrismo poético, que no pone el acento en los aspectos negativos de la actualidad, aunque estén ahí. No son cortavenas. No sé si es una necesidad o una opción estética.
Juan Luis Romero: Debería responder Kike (Suárez), porque aunque Jaime (Sobrino) también colabora en terminar las que escribe Kike, que tiene un estilo tan personal que parece que está por encima de los problemas. Los reconoce y los identifica, pero no hace un mar de lágrimas de eso. Al revés. Al verbalizarlo y compartirlo, se le quita todo el drama que pudiese tener. Eso, bajo mi punto de vista, contrasta con la música. Dialogan por contraste. Y creo algo nuevo. Como una especie de melancolía que está por encima de la realidad.
Javi Blanco: Del mar de lágrimas nos quedamos con el charquito de penas, según Kike (Suárez).
«Del mar de lágrimas que es la actualidad, nos quedamos con el charquito de penas».
Os he leído decir que ahora sois menos metafóricos que en anteriores discos. ¿Madurez?
Jaime Sobrino: A veces las metáforas te ayudan a esconderte. Y además nosotros siempre nos hemos sentido cómodos en la psicodelia. Que suele ser un género bastante evasivo. En el primer disco, Kike (Suárez) compuso las letras un día antes de grabar las canciones. No nos pegaba ser crudos en las letras con una música tan evasiva. Ahora nos apetecía hablar en unas claves mucho más sencillas. Hemos madurado, y hablar de cosas negativas no tiene por qué significar una expresión lastimosa de «joder, qué mal lo paso en esta vida», sino una aceptación. Y hay un componente terapéutico también en expresar lo que nos pasa. Que cuanto más claro hables, más claro te están hablando las canciones a ti mismo. La palabras crudas también son más rítmicas, parece algo sinestésico. Y este es más rítmico que el anterior, en parte por las letras.
¿Sentís que formáis parte de alguna escena?
Alejandro Fernández: Generacionalmente, siempre se forma parte de algo, aunque sea por edad. Lo que yo percibo de unos años para acá es que ya no es tanto que podamos estar varias bandas de la misma ola sino que hablamos lenguajes parecidos porque tenemos referentes parecidos, pero cada proyecto lo acaba expresando de una manera. Obviamente, siempre se habla de bandas amigas, como Carlangas o antes sus Novedades Carminha. Pero no creo que exista una escena como tal a nivel musical.
Jaime Sobrino: Y yo no creo que Sevilla sea una ciudad de escena. Seguro que Valencia, sí. Allí las bandas se influyen entre ellas, sobre todo ahora, con este sonido oscuro y post punk, incluso a nivel estético visten parecido. Sevilla siempre ha sido muy ecléctica. Tenemos muchísimos amigos repartidos por toda España pero no creo que la definición de escena cuadre aquí.