El folk y el rock en España tienen a Nacho Vegas como su cara más visible, tanto por los géneros que han influenciado su música como por la notoriedad que sus canciones han ido adquiriendo en décadas recientes.
¿Cómo fueron los inicios de Nacho Vegas?
Nacido como Ignacio González Vegas en 1974, y siendo oriundo de Gijón, España, Nacho Vegas siempre tuvo una gran vocación por las artes, como lo demostraría a lo largo de su juventud. Bien fuese mediante la música o a través de su actividad académica, encontró en las letras un método bastante efectivo para transmitir ideas o pensamientos concretos sobre su vida y la temática social, que es lo que le caracteriza principalmente en el escenario musical español. Estudió Filología inglesa en la Universidad de Oviedo, lo cual le permitió conocer otro tipo de cultura que, finalmente, tendría una incipiente influencia en el desarrollo de su carrera musical. Como muestra de ello, el estilo que finalmente definiría a Nacho Vegas sería a través de la confluencia del pop, el rock y el folk como elementos fundamentales de su música.
A finales de los 80, formó parte de grupos como Eliminator Jr. y Manta Ray que le otorgaron una mayor presencia en los escenarios españoles e internacionales. Esta primera etapa se prolongaría aproximadamente por una década, sentando las bases de lo que sería posteriormente su carrera como solista. Allí descubrió la música de Nick Cave y Leonard Cohen que le proporcionaron una mayor profundidad a su propuesta musical. Sin embargo, no se puede hablar de la carrera de Nacho Vegas sin mencionar los pequeños pasos que tuvo que dar en cada una de sus períodos de creación, puesto que, través de colaboraciones y sencillos, se fue haciendo un nombre en la movida musical española y extranjera. Ello se puso mayormente de manifiesto tras su salida de los grupos en los que formó parte, realzando su carácter y disposición de hacer algo diferente a innovador con su carrera.
«Miedo al zumbido de los mosquitos», el gran despegue de su carrera
Entre la transición de formar parte de Manta Ray hasta incursionar en su carrera como solista, Nacho Vegas encontró una solución maravillosa para ganarse al público local tras la publicación de «Miedo al zumbido de los mosquitos» en tres cortes, lo cual generó expectativas en el público por el variado contenido de sus canciones y la propuesta renovadora en su trayectoria. Significativamente, no fue tanto el éxito comercial que le pudo acompañar sino dar a conocer su amplísimo repertorio musical, que conllevó a generar interés de otros artistas ya consagrados para generar música de altísima calidad.

Unos cuantos años después de publicar este disco, llegaría la oportunidad de colaborar con el mismísimo Enrique Bunbury, voz e imagen principal de una consagradísima banda española como lo fue Héroes del Silencio. Esta propuesta fue particularmente interesante puesto que estableció una visión conjunta que se vio reflejada en «El tiempo de las cerezas», en el que Nacho Vegas profundizaría sobre su estilo onírico y un contenido musical muy diverso. Es precisamente su versatilidad en la creación literaria y melódica que le abriría muchas más puertas dentro de las plataformas de difusión en España y el resto del mundo.
La década de 2010 y una época de redescubrimiento
Esta década iniciaría con la salida del disco La zona sucia, producido y publicado por Marxophone, su propio sello de discos, lo cual le permitió entrar en una fase de mayor experimentación con los sonidos y líricamente para aumentar aún más su ya amplísimo repertorio musical. Así, esta etapa de Nacho Vegas estuvo fielmente representada por una vuelta parcial a sus orígenes, pero incluyendo más elementos del género folk que le han acompañado durante gran parte de su carrera y hasta la actualidad. Como ejemplo de ello, Violética se convertiría en un disco que, en 2018, remarca su admiración por Violeta Parra, la cantautora chilena que se convirtió en una de las folcloristas más importantes de América del Sur y que ha influido en tantas generaciones de artistas.
Mediante una exposición de motivos que combina el rock, el folk y el pop con el activismo social y la autocrítica, Nacho Vegas muestra al mundo un enfoque distinto y renovador. Sencillos como «El corazón helado» o «Ser árbol» abren un maravilloso disco en el que Nacho Vegas enseña sobre sus preocupaciones y pensamientos, pero también celebra las diferentes influencias musicales que le han acompañado durante su carrera.
Por esto y muchos motivos más, la carrera de Nacho Vegas es esencial para comprender la evolución del rock y el folk español que, con una amplia difusión, ha establecido una línea cultural que influye a otros cantautores y grupos españoles emergentes. Es por ello que, desde este espacio, celebramos su música como un lugar para la diversidad musical y para las ideas.