La artista sueca publica un efervescente quinto álbum, avalado por esta canción, que expresa la superación de sus inseguridades estéticas.
La factoría sueca del pop: inagotable. Desde los tiempos de Abba. Y especialmente, en el apartado femenino. Uno de sus más claros diamantes en bruto es Ebba Tove Elsa Nilsson, nacida en Helsingborg hace 34 años. Es decir, Tove Lo.
Poniéndonos en modo algoritmo, te diremos que si te gustan Dua Lipa, Christine & The Queens, Lykke Li, Halsey, Lorde o Rina Sawayama, por solo poner unos cuantos ejemplos, te gustará Tove Lo.
Tiene el mismo la misma facilidad para facturar canciones comercial, pegadizas y de calidad, al mismo tiempo. De hecho, ha colaborado a lo largo de su carrera con Duran Duran, Charli XCX, Nick Jonas, Kylie Minogue o Coldplay. Y ha escrito canciones de éxito para otros artistas, como “Cool” (para la propia Dua Lipa), “Love Me Like You Do” (para Ellie Goulding) o “Homemade Dynamite” (para Lorde).
Esta “Grapefruit” es solo una de las doce canciones, todas hits en potencia, que alberga Dirt Femme (2022), su nuevo disco, publicado hace solo unos días.
Una canción cuyo videoclip, que lleva más de medio millón de visualizaciones (y casi tres millones de escuchas en Spotify para la canción), ella explica así: “He intentado escribir esto durante los últimos diez años. Supongo que necesitaba encontrar el modo adecuado de compartir mis sentimientos y el insano círculo de comportamiento en el que me encontraba. Me sentía atrapada en un cuerpo que odiaba. Y quería hacer un videoclip que lo expresara”.
Ella puso todo de su parte, y el mérito restante es de Lisette y Toogie, que son quienes lo dirigieron. El tópico dice que Tove Lo es la chica más triste de Suecia: ya tiene que serlo, aunque el promedio de suicidios de los países escandinavos ha bajado en los últimos tiempos, desmintiendo el tópico. Con todo, es mayor siempre que el nuestro. Lo bueno es que lo sea convirtiendo esa angustia en canciones bailables, vitalistas en lo estrictamente sonoro.