Artífice de uno de los mejores discos de 2021, la artista catalana afronta un verano de conciertos tan selectivos y bien escogidos como su propia música. Hemos hablado con ella.
El quinto álbum de la catalana Joana Serrat fue uno de los primeros que elegimos como disco de la semana cuando ¡Mússica! apenas había empezado a caminar. Era julio de 2021, y su Hardcore From The Heart (Loose/Great Canyon Records, 2021) nos conquisto aún con más rapidez que cualquiera de sus anteriores álbumes.
Más maduro, más completo y más complejo también, en todos los sentidos, fue un disco que en su momento definimos como americana en cinemascope. Un trabajo que refrendaba su singularidad dentro de nuestra escena musical, y que estará aún presentando durante este verano en el 26 de junio en el Singular de Oropesa (Castellón), el 9 de julio en Campdevànol (Girona), el 23 de julio en Premià de Mar (Barcelona), el 30 de julio en el Garbinada Pop de Falset (Tarragona), el 4 de agosto en el Prestoso Fest (Xedré y Cangas del Narcea, Asturias).
Buenas ocasión, pues, para un más que provechoso intercambio de preguntas y respuestas.
¿Cómo están yendo tus conciertos desde que se publicó Hardcore From The Heart (Loose/Great Canyon Records, 2021) ¿Has notado que pueda haber sido un punto de inflexión en tu relación con el público, o en cuanto a que hayas llegado a más gente?
Estoy muy contenta de la relación que se ha establecido con el publico. De hecho, es una relación que vengo trabajando desde hace mucho, es parte fundamental del oficio. Pero mi punto de inflexión fueron las giras europeas que hice abriendo para Israel Nash, Courtney Marie Andrews y The Delines. Durante 2017 y 2019 recorrí buena parte de Europa y el Reino Unido sola con mi guitarra y esto me curtió mucho. Debes subir a cada escenario y defender a capa y espada tu mundo, aunque muestres lo peor de ti misma. Solo hay una dirección, y es abrirse en canal y entregarse. Por otro lado, se ha hecho un muy buen trabajo de prensa con Hardcore From The Heart y la repercusión que ha tenido el disco en los medios ha hecho que más gente tuviera curiosidad para acercarse a escuchar mis directos. Después del concierto, las personas vienen y me dicen que se han emocionado y eso me halaga porque entonces siento que he hecho bien mi trabajo.
¿Te ha sorprendido la buena acogida de prensa y público? ¿O era algo que ya esperabas?
La incertidumbre ha acompañado este disco en lo que a ver la luz se refiere. Ahora, que hace casi un año de su publicación, me doy cuenta de lo absorbida que estaba pensando en la logística que supone la publicación de un disco, en mi carrera, si podría defender este disco en directo, contratos, etc… todo lo contrario a lo que una debería centrarse, que es básicamente pensar sólo en la música. Me alejé de mí misma, de mi esencia como músico –la pandemia también jugó un papel importante aquí- y no pensaba en nada, más allá de cuestiones económicas y burocráticas. Así que todo lo que ha venido, lo he vivido como un regalo. Me siento muy agradecida y muy halagada por todo lo que se dice sobre este trabajo porque representa un periodo muy importante de mi vida: periodo crucial, de hecho, y me hace muy feliz ver que algo de lo que estoy tan orgullosa reciba tantos elogios.
«Debes subir a cada escenario y defender a capa y espada tu mundo, aunque muestres lo peor de ti misma».
¿Se puede considerar Hardcore From The Heart como un disco que cierra un círculo o es más bien un nuevo comienzo?
Sí, es sin duda un disco que cierra un periodo y da paso a un nuevo comienzo. En abril me fui a Texas, otra vez, y he grabado ya lo que será mi siguiente disco, el sexto. Definitivamente, hay un punto y aparte. Etapas que se cierran y nuevos horizontes que se abren.
Cuéntame algo sobre la inspiración conceptual tras el disco, el libro homónimo de la sexóloga Annie Sprinkle. ¿Como surge?
Justo cuando estaba en medio del proceso de escritura de las canciones de Hardcore From The Heart, di con esta frase suya: “La pornografía es como un espejo en el que podemos mirarnos. A veces, lo que vemos no es muy bonito, y nos puede incomodar mucho. Pero que maravillosa ocasión para conocerse, acercarse a la verdad y aprender”. Me sentí interpelada, sentí que me estaba hablando directamente. De manera automática establecí este paralelismo entre pornografía y el proceso emocional que yo estaba atravesando. Por otro lado, había logrado meterme en un espacio privado para escribir mis canciones en libertad y huir de la autocensura. Esquivar la presión de saber que las canciones iban a ser públicas. Eso era fundamental. Este era el único ecosistema en el que mis canciones podrían prosperar. Así que cuando leí esta afirmación, me pareció una bendición, sus palabras estaban apuntado hacia esa dirección, a ese camino. Me compré el libro, lo leí y supe que ese era el título del disco y que éste estaba respaldado por una idea fundamental: recorreré todos mis rincones aunque no me guste lo que me encuentre en ellos y me pueda doler, pero es la única forma de descifrarme a mí misma, de mapear mi alma y acercarme a la verdad.
¿Hubo alguna clase de música, algún estilo o algún artista, que te impresionase justo antes de la grabación del disco y te influyera?
Estaba escuchando a varias artistas como Phoebe Bridgers, Sarah Klang, Chromatics, David Lynch, Dean Wareham and Cheval Sombre, Slowdive, Sharon Van Etten o Lana Del Rey.
Has vuelto a grabar en EE.UU. ¿Crees que tus discos sonarían distintos de haberse grabado aquí?
Creo que cada estudio alberga un espíritu genuino que se traspasa a las grabaciones. Pero por encima de esto, están las personas, el equipo de trabajo y las dinámicas y químicas que se establecen durante las sesiones. Mis discos no serían iguales si cambiásemos alguno de los profesionales que intervinieron en su creación. Dear Great Canyon (El Segell del Primavera, 2014) se grabó bajo la tutela de Howard Bilerman en los estudios de Paco Loco. Allí trabajé con mi banda de entonces y el resultado es un disco único, precioso, especial, se respira la ilusión y la ingenuidad de encontrarse delante de un sueño que se está gestando. No cambiaría el resultado de este disco por nada del mundo, es bonito en su forma tal y como es. De la misma forma que Dripping Springs (Loose / Great Canyon Records, 2017) y Hardcore From The Heart (Loose / Great Canyon Records, 2021) tendrían otro resultado si cambiase las personas que ayudaron a elaborarlo con sus manos y sus corazones. Creo que más que del lugar, se trata de encontrar aquellas personas que hablan nuestro idioma, aquellas con quienes compartimos códigos y que nos reflejan quiénes somos y quienes queremos ser.

Te leí decir en una entrevista que estamos abocados a un agotamiento de lo digital. ¿Crees que experiencias como leer en papel o escuchar vinilos se van a revalorizar? ¿Llegará el día que podamos ver conciertos sin un mar de móviles sobre nuestras cabezas?
No lo sé. Me siento bastante confundida con el mundo que se despliega ante mí. Me siento una extraña en mis tiempos. Quizás es que mi era ya se ha terminado –de hecho, estoy convencida de ello-. Pienso que lo que debo de hacer es luchar por mis ideales, por aquello que me representa a la vez que quiero estar al servicio de las nuevas generaciones, porque no quiero ser una piedra en el camino. El problema del agotamiento es que puede anularte y hacer que no te reconozcas o que sea muy difícil encontrar el camino de regreso a casa. Por una parte siento que no me pertenece alzar esa bandera, por otra, siento que es una avalancha y un vacío que me engulle y parece imposible rebelarse ante ello. La cuestión es cuánto tiempo más va a aguantar nuestro cerebro el tsunami de inputs que recibimos a diario. Me temo que, para cuando dejen de funcionar, ni la música ni los conciertos tendrán ningún sentido ni significado.
«La cuestión es cuánto tiempo más va a aguantar nuestro cerebro el tsunami de inputs que recibimos a diario».
¿Qué es lo más extraño que te ha ocurrido en un concierto por parte del público? ¿Alguna reacción de alguien que te haya dejado descolocada?
En uno de mis conciertos en Londres, al terminar mi set, se me acercó un chico español a quejarse de mi acento inglés. Le parecía que se notaba demasiado que no era nativa y le ofendió. Lo divertido fue ver la reacción de incredulidad en la cara de la gente del sello londinense que publica mis discos.
¿Prefieres tocar en festivales o en salas? ¿O crees que cada experiencia tiene su parte positiva y negativa?
En general, prefiero las salas. Tampoco he tocado delante de 20.000 personas que corean mis canciones por lo que no sé qué es ese frenesí. Aunque si me baso en mi experiencia como oyente y asistente, las salas me parecen el paraíso. Si además es una sala en la que sientes la banda encima de ti, como la ya desaparecida Rocksound de Barcelona, es un puntazo. Salas, auditorios, teatros, son templos del hedonismo.
Te lo habrán preguntado mil veces, pero no me resisto a no hacerlo: ¿te sientes tentada de escribir en catalán o en castellano y dejar el inglés de lado, como han acabado haciendo muchos músicos que empezaron manejándose también en inglés?
En general, intento ser fiel a aquello que siento. Cuando he sentido que quería escribir en mi lengua materna, el catalán, lo he hecho. Mayormente, me siento más cómoda con el inglés, que es el idioma de mis referentes musicales y del ideal artístico que persigo. Sé que vendrá un tiempo en que tendré la necesidad de hacerlo en catalán, pero de momento, ese tiempo no ha llegado aún.
¿Podrías decirme un disco, un libro y una película favoritos/as? Sé que es difícil quedarse solo con una…
Sí, la verdad es que me cuesta quedarme solo con uno. Pienso, ¿por qué resignarse con un pellizco cuando podemos tener todo el universo? Pero respondiendo a tu pregunta, la película Esplendor en la hierba (1961), de Elia Kazan. Y libro, la novela Solitud (1905), escrita por Caterina Albert bajo el pseudónimo de Victor Català.