Repasamos el trabajo de Javier Aramburu a través de algunas cubiertas que han hecho historia en nuestra música pop.
Lo prolífico del trabajo de Javier Aramburu (Donosti, 1966) contrasta con lo opaco de su perfil público. No concede entrevistas, apenas se deja ver en los medios y solo diseña o ilustra para aquellos músicos de su total confianza.
En los últimos tiempos ha ido dedicando más tiempo a la pintura y menos al diseño de portadas de discos pop. Pero durante mucho tiempo, la imagen de los discos que ilustraba era santo y seña del pop español, sobre todo del que surgía de un sustrato independiente.
Siguiendo el rastro de las cubiertas de Javier Aramburu, se podría prácticamente trazar el recorrido de aquel primer pop indie que brotó a finales de los años ochenta, recabó madurez durante los noventa y prolongó algunos de sus mejores argumentos hasta nuestros días.
Una madurez que también corrió en paralelo a la de su trabajo, facturado para varios artistas, pertenecientes a su vez a distintos sellos discográficos.
Son muchas las portadas pop de Javier Aramburu, desde aquel ilusionante debut de Aventuras de Kirlian en 1989 hasta la singular alianza entre Los Planetas y Niño de Elche en el proyecto Fuerza Nueva, en 2019. ¿Continuará la saga?
Mientras esperamos que se resuelva el interrogante, os proponemos un recorrido por treinta años de grafismos que explican treinta años de la mejor música pop española.
1 – Aventuras de Kirlian – Aventuras de Kirlian (DRO, 1989)
No hay ningún músico con quien Aramburu haya establecido una alianza más fértil y duradera en el tiempo que la que trabó desde muy pronto con Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin. Ambos formaron los fugaces Aventuras de Kirlian, junto a Peru Izeta y Jone Gabarain.
Una banda fundamental para entender el llamado sonido Donosti, que emergió de aquella generación bisagra entre el ocaso de la Movida y la efervescencia del primer indie español. La portada de su único álbum es uno de sus trabajos más sobrios.
2 – Los Planetas – Súper 8 (RCA, 1994)
El logo del guitarrista con suéter a rayas y actitud shoegazer sobre círculo de colores es la marca de identidad visual de Los Planetas desde su primer álbum. Un afortunado y perdurable diseño que sirvió como tarjeta de presentación para una de las bandas más emblemáticas del pop y el rock español.
Trabajaría con ellos más adelante en artworks más complejos, evocadores y detallistas, pero ninguno tiene la fuerza icónica de este.
3 – Family – Un soplo en el corazón (Elefant, 1994)
¿Cuchillo de palo en casa del herrero? Ni mucho menos. La cubierta del memorable y único álbum de Family, el propio proyecto de Javier Aramburu junto a Iñaki Gametxogoikoetxea, tenía que llevar su firma.
Y no podía describir mejor su contenido: catorce gemas de pop electrónico y melancólico, procedentes de un planeta desconocido, que se ganaron un puesto de privilegio en la historia de nuestra música pop.
4 – La Buena Vida – Soidemersol (Siesta, 1997)
Extraordinario disco de otros donostiarras ilustres, La Buena Vida, grabado en Londres y realzado por los arreglos de cuerda de Louis Philippe. Fue un enorme salto de calidad en la carrera de Irantzu Valencia y los suyos, y uno de esos trabajos con los que certificar la mayoría de edad del pop independiente español de los noventa.
5 – Sexy Sadie – Onion Soup (Subterfuge, 1997)
Este es el disco que marca la transición entre los Sexy Sadie primerizos, aún marcados por Nirvana, y los que se destaparían luego como una factoría de pildorazos pop.
Grabado por Paco Loco en su estudio, cuenta con una estética muy de Subterfuge, el sello madrileño que les acogió. Aramburu contribuyó a dotar de cierta distinción visual a un disco con un título tan prosaico como «sopa de cebolla».
6 – Duncan Dhu – Crepúsculo (Dro East West, 2001)
Es difícil imaginar mejor reflejo visual al disco más maduro y otoñal de Duncan Dhu que este sencillo y bonito diseño que evoca un atardecer a cuatro manos. Diego Vasallo y Mikel Erentxun se pusieron en manos del productor Suso Sáiz en 21 canciones de tacto artesanal, cocidas a fuego lento, pensadas para ganar mucho enteros con el paso del tiempo.
7 – Chucho – Los diarios de petróleo (Virgin/Chewaka, 2001)
El albaceteño Fernando Alfaro es otro de esos músicos que ha tenido el privilegio de contar con Aramburu en varias ocasiones y de forma continua, sobre todo cuando capitaneaba – aún lo hace, vaya, aunque en paralelo a su carrera en solitario – a Chucho.
Tal y como cuenta en el reciente libro La luz en sus entrañas. Conversaciones con Fernando Alfaro (Muzikalia, 2021), al ilustrador le bastaba con recibir sus canciones en bruto para clavar un diseño que representase su esencia con precisión. Esta, inspirada en la experiencia del propio Alfaro escribiendo canciones en la gasolinera en la que trabajó, es una de las más certeras.
8 – Kiko Veneno – Un ratito de gloria . 1977 – 2000 (RCA/BMG, 2001)
El repaso a las primeras dos décadas de carrera del genio sevillano contó con esta portada tan elegante, en la que una guitarra española cobra vida sobre un fondo de lunares. Perfecta representación del incombustible pop aflamencado y arrumbado de José María López Sanfeliu.
9 – Single – Pío Pío (Elefant, 2006)
Grandísimo debut en formato largo del tándem formado por Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz, artífices de un pop imaginativo y singular, una de las marcas más indefinibles y brillantes de nuestro pop. La sintonía entre ambos y Javier Aramburu es tal que ya nadie se imagina los discos de los unos sin las portadas del otro.
10 – Fuerza Nueva – Fuerza Nueva (El Ejército Rojo, 2019)
El último gran hallazgo de Aramburu es esta adaptación del difundidísimo diseño de Peter Saville para el Unknown Pleasures (1979) de Joy Division al imaginario visual de Fuerza Nueva, el proyecto de Los Planetas junto a Niño de Elche. Muy en sintonía con unas canciones que rescataban el situacionismo punk de Guy Debord, resignificando un puñado de clásicos populares de la música española.