Estas son algunas de las cubiertas más similares entre sí en la historia del pop y del rock, entre el tributo sincero, el plagio y la humorada.
A veces son puros guiños. Otras veces, homenajes a referentes ineludibles. Otras tantas, bromas más que evidentes, que muchos músicos se marcan como una forma de sacarle partido a su universo de referentes. Casi nunca con ánimo de ridiculizar ni ofender, sobre todo cuando hay como un código de buen humor no escrito, que se sobreentiende. Aunque en algunos casos, los menos, la sombra del plagio haya propiciado que las cosas se pongan más serias. A continuación seleccionamos, sin orden cronológico, diez de los casos más curiosos de portadas de discos que evidencian un ostensible parecido.


1 – Joy Division / Fuerza Nueva
Peter Saville diseñó la histórica cubierta de las ondas del púlsar para el primer álbum de Joy Division, Unknown Pleasures (Factory, 1979), sin tener ni la más remota idea de que se convertiría en una de las imágenes más estampadas en camisetas durante las siguientes cuatro décadas.
Y Javier Aramburu adaptó esa idea, en clara sintonía con el situacionismo punk inspirado en las teorías de Guy Debord pero ya en 2019, para ilustrar el puñado de clásicos populares españoles que Los Planetas y Niño de Elche abordaron en el debut de su alianza, Fuerza Nueva (El Ejército Rojo, 2019), confiriéndoles un nuevo significado, especialmente saludable en estos tiempos en los que el rancio populismo cañí vuelve a estar de moda.



2 – Elvis Presley / The Clash / Siniestro Total
The Clash proclamaban aquello de «No Elvis, Beatles or Rolling Stones» en su tema «1977». Sin embargo, no tuvieron ningún problema -otra más de sus muchas contradicciones- en servirse del diseño de un viejo disco de Elvis Presley que el diseñador gráfico Ray Lowry adaptó para una fotografía, tomada por Pennie Smith, en la que el bajista Paul Simonon estampaba su Fender Precision contra el suelo del escenario del Palladium neoyorquino, un 20 de septiembre de 1979.
Era la cubierta del magistral London Calling (CBS, 1979). Luego llegaron Siniestro Total con su retranca gallega y terminaron de arreglarlo en la portada del single «Sexo chungo/Me pica un huevo» (DRO, 1983), cambiando el bajo de Simonon por una gaita.


3 – The Velvet Underground / Los Vegetales
Se cuentan por decenas, fácilmente, las bandas o los solistas que se han customizado la emblemática cubierta del plátano que diseñara Andy Warhol para el primer álbum de The Velvet Undergound, aquel The Velvet Underground & Nico (Verve, 1967). Entre ellos, Josh Wink, White Flag, Steve Wynn… o Los Vegetales de Mauro Canut, que reemplazaron la banana por una hermosa zanahoria en su recopilación Canciones desde la tumba 1985-1990 (Subterfuge, 1996). Efervescente humor punk pop.


4 – The Beatles / Frank Zappa & The Mothers of Invention
Peter Blake diseñó la multitudinaria cubierta del Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band (Parlophone, 1967), de los Beatles. En ella aparecía, tras los Fab Four, iconos de la cultura popular del siglo XX como Mae West, Lenny Bruce, Marilyn Monroe, Tony Curtis o Marlon Brando, congregados en torno a la tumba del cuarteto de Liverpool.
Solo nueve meses más tarde, el más ilustre tocapelotas de la historia del rock, Frank Zappa, replicaba el mismo concepto en su We’re Only In It For The Money (Verve, 1968), cambiando a todas aquellas celebridades por otras, como Jimi Hendrix, Nancy Sinatra, David Crosby, Eric Burdon y muchos otros. Siempre se especuló con que a Paul McCartney no le hizo ni pizca de gracia, aunque él también recalcó en repetidas ocasiones que no tenía intención de iniciar ninguna acción legal contra el mostachudo músico norteamericano.


5 – Björk / Britney Spears
A primera vista, podría pensarse -con toda la razón- que la propuesta creativa y el carácter de Björk y Britney Spears se parecen como un huevo a una castaña. Sin embargo, trascendió hace unas semanas que la islandesa le escribió una carta a la norteamericana para ofrecerse a alojarla en su casa de Islandia a principios de los 2000, cuando esta última sentía una terrible ansiedad ante los estragos de la fama y el acoso de los paparazzi.
Britney nunca llegó a mudarse, ni siquiera por unos días, al frío país del norte de Europa. Y lo que nunca ha llegado a estar del todo claro es si Björk la consideraba, en cierto modo, discípula suya por haberse prestado a adoptar la misma pose que ella lució en su Debut (One Little Indian, 1993) seis años más tarde, en su -también álbum de debut- …Baby One More Time (Jive, 1999).


6 – The Rolling Stones / Mötley Crue
Nikki Sixx, el bajista de Mötley Crue, reconoció públicamente que la imagen de portada de su álbum Too Fast For Love (Elektra, 1981), en la que aparece el paquete del vocalista Vince Neil enfundado en cuero y rodeado de tachas, estaba claramente inspirada, como bien se aprecia en la imagen, en la cubierta que Andy Warhol (él de nuevo) les hizo a los Rolling Stones para su Sticky Fingers (RS, 1971).
Sí, la que en España fue absurdamente censurada para sustituirla por otra que trocaba su connotación sexual por una violencia casi gore: aquella lata de conservas con varios dedos sangrientos emergiendo de su interior. El de Mötley Crue fue un tributo en toda regla. Queda claro.


7 – The Beatles / Gorillaz
De acuerdo: no es un parecido escandaloso. Quizá esté un poco cogido con pinzas. Al fin y al cabo, compartimentar en cuatro cuadrantes la imagen de una portada de un disco grabado por un cuarteto tampoco es el colmo la de originalidad.
Aunque también es cierto que los Beatles fueron los primeros en popularizar el formato con el que fue su canto del cisne, Let It Be (EMI, 1970), con diseño de John Kosh sobre cuatro fotos tomadas por Ethan Rusell. Gorillaz, uno de los grupos de dibujos animados (aunque todo el mundo sepa que detrás están Damon Albarn y el dibujante Jamie Hewlett) más exitosos de la historia, empleó el mismo modelo de portada para su Humanz (Parlophone, 2017).



8 – Beach Boys / Turbonegro / Splitsville
Nunca una portada tan cutrona generó tantas réplicas. Su tipografía y diseño puede que sí estuvieran a la altura de su contenido, pero la desmañadísima foto de los cinco miembros de los Beach Boys dando de comer a unas cabras en un parque zoológico desmerecía por completo el celestial contenido del disco que la anunciaba, el espectacular Pet Sounds (Capitol, 1966), uno de los mejores trabajos de la historia del pop.
Con el paso de los años, entre los muchos grupos que la emularon están los punk rockers noruegos Turbonegro en su Ass Cobra (Amphetamine Reptile, 1996) y los power poperos norteamericanos Splitsville en su Pet Soul (Houston Party, 2001). Sendos discazos. Casi siempre, son músicos ligados a géneros con un recorrido de muchas décadas de historia, como es previsible.


9 – Massive Attack / Flying Lotus
La primera colaboración entre Robert Del Naja, o sea, 3D, el director de arte Tom Hingston y el fotógrafo de moda Nick Knight se saldó de forma espectacular: la portada del magnífico tercer álbum de Massive Attack, el combo de Bristol, mostraba una especie de gran insecto negro sobre fondo blanco, en perfecta consonancia con el contenido de un disco tan denso como amenazante, oscuro, turbio y magnético.
Es imposible que el norteamericano Flying Lotus no la tuviera en mente cuando publicó su segundo trabajo, Los Angeles (Warp, 2008), también formando parte de la saga de la mejor música electrónica de las últimas tres décadas. Se parecen casi como dos gotas de agua.


10 – Beastie Boys / Emimen
La progresiva pérdida de inspiración de Eminem, el rapero blanco que tenía el mundo a sus pies a principios de los 2000, corrió en paralelo a su falta de chispa para dar con portadas medianamente originales para sus discos. Curiosamente, fueron la otra gran enseña mundial del hip hop facturado por músicos blancos, el trío neoyorquino Beastie Boys, estrellas desde mediados de los años ochenta, quienes se vieron vilmente saqueados en la portada del Kamikaze (Interscope/Universal, 2018) del artista llamado Marshall Mathers en su carnet de identidad.
Los teléfonos móviles de Ad Rock y Mike D echaron chispas hace tres años, cuando decenas de amigos y conocidos les alertaban, vía whatsapp o por redes sociales, acerca del gran parecido. Los dos Beastie Boys (el tercero, Adam Yauch, falleció hace casi una década), que ni siquiera conocen a Eminem en persona, se lo tomaron con filosofía. «Debe ser que le gustamos», se limitaron a decir.