
El proyecto personal de la joven madrileña Teresa de la Gándara publica un ambicioso y estupendo tercer single en forma de balada digital, acompañado por un videoclip que es un ejemplo de cómo sacar partido a la economía de medios.
Los caminos del pop de dormitorio español son insondables. Es cierto que la tecnología ha facilitado que cualquiera pueda componer, grabar e incluso producir sus propias canciones sin salir de una misma habitación, pero nada de eso sirve de mucho si no hay talento de por medio. Lo pudimos testar ya aquí en ¡Mússica! hace nos meses, con aquel informe que publicamos sobre el nuestro nuevo bedroom pop, y lo cierto es que aquel fue un listado al que perfectamente podríamos añadir nuevos nombres cada mes. Y todos, interesantes. Como el de Green T.
Green T es el proyecto personal de Teresa de la Gándara, una madrileña de 22 años que compone, produce y domina varios instrumentos, y que apela a una constelación de influjos más amplia -por lo general- a la que suelen emplear la mayoría de sus compañeros generacionales: reconoce que bebe del hip hop, del pop clásico, del jazz, del blues, del soul, del r’n’b y hasta de la salsa, y lo cierto es que algo de todo eso se aprecia en los tres singles que lleva publicados hasta el momento, “Alone”, “Relay” y este último, con el curioso título de “Musiquita para tormentas”. Aunque no sean estos últimos días muy dados a las borrascas, la verdad. Antes formó parte de un grupo de rock progresivo experimental, llamado Please, Not My Virginity!.
Si en sus dos anteriores canciones reconoce la influencia de Tirzah, Tunde Adjuah, Frank Ocean, Bon Iver o Tyler, The Creator, para esta última, “Musiquita para tormentas”, asume inspirarse en Hiroshi Yoshimura, Pink Floyd o John Lennon y Yoko Ono, a veces de forma velada y otras de forma confesa, mediante samples que acreditan esa querencia. En cualquier caso, se nota. Porque es la composición más compleja y ambiciosa de las tres que ha facturad hasta ahora (de hecho, es también su primer tema en castellano e inglés), y llega acompañada por un bonito videoclip al más puro estilo do it youself. Como ella misma lo define, “entre coleguis y con un presupuesto nulo, con Jhaier, Alejandro Sanjuán, Alex Sánchez y Beatriz González.
“Musiquita para tormentas” es una balada en la que se atreve “a ser bastante vulnerable con respecto a un reciente cambio muy grande en mi vida, y con la que atravieso los diferentes estados del duelo: negación, negociación, depresión/ira y aceptación”. Música, pues, como terapia personal, como elemento sanador para sobrellevar esos descalabros emocionales por lo que todos hemos pasado. Y si además sirve para expedir canciones singulares y aventuradas (nos ha recordado incluso a Esclarecidos), que se alejen de los mínimos comunes denominadores que operan en gran parte de nuestro pop independiente, como es el caso, pues mejor que mejor.