El periodista argentino Pablito Wilson publica un exhaustivo y ameno repaso al controvertido estilo musical, un relato de éxito de más de dos décadas.
Si algo falta en torno al reggaeton es pedagogía. Un esfuerzo didáctico. Son muchos quienes reniegan de su omnipresencia. ¿Pero cuántos de ellos se han parado a pensar en que, si su reinado como música más bailada y escuchada ya casi alcanza las dos décadas, difícilmente puede deberse a que el grueso de la humanidad ha perdido el juicio?
Un fenómeno de tal calado, que trasciende modas de temporada (pese a lo que los más agoreros le vaticinaban), no puede ser fruto de la casualidad, ni tampoco de una conspiración mundial para que se imponga el mal gusto. Sea lo que sea eso.
Hacía falta pedagogía, sí, y alguien tenía que coger ese toro por los cuernos. El valiente ha sido Pablito Wilson, periodista argentino (aunque residente en Colombia) de 37 años, quien se embarcó en la escritura de Reggaetón. Una revolución latina (Liburuak, 2022), un libro exhaustivo, que documenta un amplio recorrido histórico, pero tiene la virtud de no caer en los vicios del enciclopedismo: es ameno, jugoso, entretenido y por momentos hasta divertido, y no traza una cronología estricta, sino que va dando saltos en el tiempo, esbozando paralelismos y diferencias, y siempre con una visión crítica. Que se moja, vaya.
Wilson no elude ninguna de las cuestiones que pululan en torno a este género, nacido en Puerto Rico (¿o ya era reggaeton el reggae en español de Panamá?: el capítulo dedicado a esta controversia es imprescindible) hace más de dos décadas, como una fusión de reggae y hip hop, y que se ha ido extendiendo como la pólvora por todos los países de habla hispana, permeando en el mercado anglosajón.
Desde la primera generación de reggaetoneros, los Daddy Yankee, Tego Calderón, Don Omar, Ivy Queen o Zion & Lennox (destacamos algunos de ellos en nuestra selección de clásicos del género) hasta las últimas generaciones, los J Balvin, Maluma, Rauw Alejandro o Bad Bunny, el estilo es desmenuzado punto a punto en el libro a través de todas las claves de la llamada perreología: su relación con otros estilos, como el trap pero también el bolero, el pop o la salsa, y todas las implicaciones sociopolíticas que implica, más allá de las visiones (muchas veces tópicas) que despachan al género como un simple sarpullido sexista y machacón. De hecho, ya hay reggaeton feminista y lésbico. La normalización acaba llegando a todas partes.
Entre los muchos motivos para leer este libro, al margen de todo lo apuntado, hay dos muy poderosos: el repaso que el autor le pega a Residente (con argumentos sólidos, algo que apenas hemos podido leer en nuestra prensa) en su tan publicitada controversia con J Balvin y el capítulo final que, bajo el título de España, país trapical, dedica a la escena de nuestro país, que tiene más de reformulación del trap que de reggaeton estricto, aunque la combinación de diferentes estilos (no hay más que ver lo que hacen C. Tangana, Mala Rodríguez o Nathy Peluso) sea cada vez mayor.
Os dejamos a continuación el podcast de la interesante entrevista que el autor concedió al programa Efecto Doppler, de Radio 3.
Fotos: Tatiana Toro Ríos.