





Repasamos algunos de los mejores libros sobre música pop y rock publicados a lo largo del último año, un recuento en el que cantidad y calidad se dan la mano.
La música que se lee. Muchos libros, quizá más que nunca. Y muchos de ellos, muy buenos. El panorama editorial respecto a la música pop y rock, esos libros que tanto nos sirven para profundizar en la vida y obra de nuestros ídolos, goza de una espléndida salud. Tanto fuera como dentro de nuestras fronteras.
En primer lugar, porque el periodismo musical (y también la propia destreza de los músicos a la hora de contar sus experiencias vitales) ha ido diversificando tanto sus intereses en los últimos tiempos que ya quedan pocos rincones oscuros por iluminar. Ensayos, guías, biografías y autobiografías copan el mercado, muchas veces con títulos excelentes.
Y en segundo lugar, y esta ya es una lectura en clave más interna, ceñida al mercado en castellano, porque gozamos de editores sagaces y audaces, que tienen a bien dotarse de pulcras reediciones de títulos foráneos que lucen irreprochables traducciones, y también -y no menos importante- porque gozamos de un puñado de periodistas y escritores que, en algunos casos, escriben obras de referencia sobre algunos artistas internacionales descuidados o no suficientemente abordados por la literatura musical anglosajona. O sobre sus propias experiencias en el negocio.
“Me resulta inevitable destacar en España los libros de Bruno Galindo, Sara Morales, Álvaro Alonso y Juan J. Vicedo”.
Entre estas últimas referencias, y empezamos así por lo que más a mano nos queda, hay en mi opinión cuatro libros hechos en España que han destacado por encima del resto, cada uno de ellos en un estilo, y que me resulta inevitable destacar. Son Toma de tierra (Libros del KO), de Bruno Galindo, Conversaciones con Ana Curra (Efe Eme) de Sara Morales, Townes Van Zandt. La eternidad en una canción (Sílex) de Álvaro Alonso y Siluetas y sombras. David Bowie (Sílex) de Juan J. Vicedo.
El primero de ellos, por su indispensable y honesto acopio de experiencias (y su brillante forma de contarlas) en la industria musical española de las últimas décadas. El segundo, por redimensionar la categoría de los libros de conversaciones mediante una conexión emocional entre periodista y artista que va más allá del intercambio de pareceres o el recuento de confesiones. El tercero, por ser una enorme y originalísima reconstrucción formal de uno de los grandes mitos ocultos del country rock, a la altura de cualquier gran biografía foránea. Y el cuarto, por rizar el rizo de contarnos la vida y obra del sobadísimo David Bowie desde la que era, posiblemente, la única forma singular y provechosa de hacerlo a estas alturas, abordándolo como una gran y fascinante novela, haciéndonos sentir ahí mismo, donde se coció todo.

Por detrás de ellos situaría a cerca de una decena de títulos en castellano. Muy interesantes, algunos de ellos francamente necesarios. Fue el caso del notabilísimo Historia del rap. Cultura hip hop y música de combate (Robinbook), de Ricky Lavado, del mastodóntico Papeles subterráneos: Fanzines musicales en España desde la transición al siglo XXI (Libros Walden) de César Prieto, Abel Cuevas y Manuel Moreno, del completísimo Las 100 mejores películas del rock (Efe Eme), de Xavier Valiño, del desternillante Viaje al centro de mi cerebro. Las anécdotas más ácidas y salvajes del mítico batería de Lagartija Nick y Los Planetas (Penguin Libros) de Eric Jiménez, del perspicaz Extravagantes (Sílex), de Toni Castarnado o de la visión muy generacional y coral de las músicas urbanas españolas de la última década que traza Making Flu$ (Plaza y Janés), del colectivo El Bloque.
Sin olvidarnos de otros títulos que un servidor aún tiene pendientes de leer, con la intuición (casi certeza) anticipada de que son libros que valen muchísimo la pena y que por algo han aparecido ya en algunas listas de lo mejor de 2021, como Conversaciones con Lapido (Efe Eme), de Arancha Moreno, Discursos, identidades y transgresión en la música popular española (1980-2010). El caso del glam rock y sus variantes (Sociedad Española de Musicología), de Sara Arenillas Meléndez y Héroes Malditos (Efe Eme) de Eduardo Izquierdo. Ojalá el día no tuviera solo 24 horas y pudiéramos llegar a todo. Incluyendo también el leer más novelas para desensgrasar de vez en cuando de la música, que en ese negociado sí que se nos acumula una montaña de asignaturas pendientes.
“En cuanto a libros foráneos, no queda más remedio que resaltar, por cantidad y calidad, los títulos que publicaron Contra y Libros del Kultrum”.
En cuanto al ámbito internacional, dos son las editoriales -no queda más remedio que resaltarlo- que están destacando aquí por sus cuidadas traducciones y ediciones: Contra y Libros del Kultrum. Cada novedad suya es un nuevo acierto, prácticamente sin excepción. Aquí en ¡Mússica! ya hemos destacado algunos de sus libros de 2021, pero allá va un somero repaso. La primera de ellas publicó Comes As You Are. La historia de Nirvana, de Michael Azerrad, Japrocksampler, de Julian Cope, Dios salve a los Sex Pistols, de Fred y Judy Vermorel, Starlust, del propio Fred Vermorel, Pet Shop Boys. Literalmente, de Chris Heath o Cómo componer una canción, de Jeff Tweedy.
La segunda, cuyos libros tampoco suelen bajar del notable alto, se lució con el imponente I, Me, Mine, de George Harrison, pero también con el Remain In Love de Chris Frantz o las Remembranzas de Sinéad O’Connor, amén de otras autobiografías que aún no hemos podido leer, como las de Quincy Jones y Stevie Van Zandt. Junto a ellos, otros títulos valiosos como Conexión (Sexto Piso), de Kae Tempest. Y otros que aguardan en la mesilla de noche y a los que esperamos hincar el diente pronto, como Wagnerismo. Arte y política a la sombra de la música (Seix Barral), de Alex Ross, Confesión. La autobiografía (Es Pop) de Rob Halford o La tierra que vio nacer el blues (Libros del Kultrum) de Alan Lomax.
Que continúe la buena racha a lo largo de todo este recién estrenado 2022.