Son veinticinco, pero podrían ser cuarenta. Esta es la selección de mejores álbumes hechos en nuestro país para quienes hacemos Mússica.
Que el árbol de Rosalía no nos impida ver el bosque. Su tercer álbum ha tenido una relevancia internacional como no se veía en un artista español, menos aún siendo una mujer. Y es más que merecida. Pero incluso si Motomami no es de tu palo, aquí tienes otros veinticuatro espléndidos trabajos, facturados en distintos estilos e idiomas. La mejor marca España posible.

1 – Rosalía – Motomami (Columbia/Sony)
Todo lo que proyecta la artista catalana es objeto de encendida división de opiniones, al menos en España (porque fuera de aquí, prensa y público son unánimes) y el alboroto se multiplica con cada nuevo disco. Quizá no podría ser de otro modo. Pero más allá de filias y fobias, su tercer álbum es una desbordante túrmix de reggaeton, cumbia, rumba, flamenco, trap, hyperpop, baladas, bachata, bolero y algo de jazz, que irradia decenas de referencias, conceptos e ideas que acercan la tradición a la era Tik Tok con una precisión y un desparpajo encomiables.

2 – Germán Salto – Germán Salto (Gran Salto Adelante)
No lo veréis formando parte del Arenal Sound, ni del FIB, ni del Mad Cool ni del BBK. Tampoco llenando pabellones deportivos ni plazas de toros. Pero eso no significa que el tercer disco del madrileño Germán Salto no sea uno de los mejores (con diferencia) que se han publicado en 2022 en España. Pura artesanía de la canción, de hechuras clásicas y atemporales, con Burt Bacharach, Tom Petty o Brian Wilson como referentes a los que mirar sin complejos.

3 – Miqui Puig – Miqui Puig canta vol. 7 (Primavera Labels)
Perspicaz amante del pop en su sentido más amplio, el músico catalán borda uno de sus mejores trabajos, con guiños al europop, al acid house, al synth pop de Pet Shop Boys y Carlos Berlanga o al italodisco, y colaboraciones espléndidamente ensambladas de Queralt Lahoz, Irantzu Valencia (La Buena Vida), Ferran Palau y El Petit de Cal Eril. Lúcido, versado y bailable. ¿Se puede pedir más?

4 – Maria Rodés – Fuimos los dos (Elefant)
Excepcional y delicado séptimo álbum de Maria, que gira alrededor de las diferentes fases de la relación de pareja y refleja el enamoramiento y desenamoramiento, desde aquel primer flechazo casi (o sin casi) adolescente hasta lo complejo que se vuelve todo en la vida adulta, a través de canciones sencillas pero no simples, emotivas pero no cursis, livianas pero no intrascendentes.

5 – Rocío Márquez y Bronquio – Tercer Cielo (Universal)
Impresionante diálogo entre flamenco y electrónica que va más allá de cualquier tradición actualizada desde lo cosmético. Es fusión y es fisión, pura y dura. Beats, percusiones, palmas, bulerías y jondura digital en un disco destinado a marcar un antes y un después, haciendo buenas las recurrentes comparaciones con el histórico Omega (1996) de Morente y Lagartija Nick.

6 – Nacho Casado – Disco Bleu (Hidden Track)
El soul, el folk, la bossa nova, la luminosidad mediterránea que bien podría ser la del otro lado del océano, los placeres sencillos y los sentimientos de amistad y familiaridad vuelven a protagonizar otro delicioso disco del músico ilicitano. Os haréis un enorme favor si os lo regaláis.

7 – Rigoberta Bandini – La emperatriz (Autoedición)
Paula Ribó echa la vista atrás a dos años de vértigo con un primer álbum que ni siquiera había necesitado publicar hasta ahora para reunir a decenas de miles de personas en sus conciertos. Más de la mitad del material de este disco ya había visto la luz en formato single, confirmando la efectividad de una factoria de hits que, con referentes como ABBA, Mónica Naranjo, Daft Punk, Gigi D’Agostino, Mocedades o Fangoria, ha sabido conectar con el gran público, Benidorm Fest al margen.

8 – Sr. Chinarro – Reality Show (Mushroom Pillow)
Si Sr. Chinarro fuera una factoría de canciones (en cierto modo lo es), su departamento de calidad viviría sin estrés. Sin demasiadas preocupaciones. El sevillano Antonio Luque, clásico de nuestro pop desde hace casi treinta años, publica discos con la facilidad de quien hace rosquillas. Aquí hay canciones pop redondas y brillantes como soles, textos inteligentes que diseccionan el sinsentido de la postmodernidad y mucho arte para hace que lo cotidiano se eleve entre lo distinguido.

9 – Zahara – REPUTA (G.O.Z.Z. Records)
Si PUTA (2021) fue el álbum que supuso el punto de inflexión en su carrera, REPUTA (2022), nos muestra su música alejada de cualquier zona de comodidad. Más audaz que nunca. Una reformulación de aquel disco (el mejor de su carrera) que no tiene nada que ver con esas colecciones insípidas de remixes que tanto se estilan, en la que hay hay pop, punk pop, copla, electrónica y hasta reguetón, junto a Rodrigo Cuevas, Alizzz, María José Llergo, Cora Novoa, Delaporte, Shego, Martí Perarnau, Carolina Durante, Shego o La Oreja de Van Gogh, entre otros.

10 – Nacho Vegas – Mundos inmóviles derrumbándose (Oso Polita)
El Nacho Vegas de 2022 es menos cínico, menos irónico, menos escéptico, quizá porque esas son cualidades que ya rebosan en las redes sociales. El Nacho Vegas de ahora mismo es un artista que apuesta por la empatía, ese bien tan escaso. Sentimentalmente más directo y musicalmente menos eléctrico. Aquí hay algunas canciones que optan a clásicos instantáneos de su discografía, lo cual ya es decir mucho: “La flor de la manzana”, “Ramón In”, “Esta noche no acaba” o “Big Crunch”.

11 – Parade – Mares poco profundos (Jabalina)
Melancólico, acústico, ligero, deudor de aquellas canciones de principios de los ochenta. Así describía el murciano Antonio Galvañ este disco cuando estrenó su versión de “Before Today” de Everything But The Girl acercándola a la bossa nova. No mentía. Y no defraudó. Más cerca que nunca del jazz, con guiños al swing, a los Pale Fountains, The Style Council o Gino Paoli, esta es otra gran obra de artesanía pop.

12 – León Benavente – ERA (DRO/Warner)
Se nota que Eduardo Baos, Abraham Boba, Luis Rodríguez y César Verdú no quieren acomodarse. Que les gusta la escuela de DFA Records, los LCD Soundsystem y demás, así como el kraut rock. Que su música es cada vez más sensorial, más mántrica, más física. Más sabia pero no menos enérgica, en definitiva. Y en directo siguen siendo un cañón.

13 – Clara Andrés – Capfico (Hidden Track)
Sin prisas. A su ritmo. Sin levantar demasiado la voz. La carrera de la valenciana Clara Andrés es intermitente pero tremendamente fiable, y su alianza con Estela Tormo (Júlia) depara un trabajo delicado, conciso, evocador, sutil y tremendamente elegante, en el punto justo de equilibrio entre el pop levemente electrónico y la canción de autor. Una delicia.

14 – Els Pets – 1963 (RBG, 2022)
Retorno al pop químicamente puro. A las melodías efervescentes de tres minutos. Al rejuvenecimiento por la vía de pop perfecto. Sobrepasan de largo los cincuenta, pero Lluís Gavaldà y los suyos siguen siendo una de nuestras bandas más fiables. Pocos pueden presumir de una carrera tan larga y sin altibajos como la suya. Larga vida.

15 – Dotore – Las horas claras (Foehn)
La de Pablo Martínez Sanromá y su proyecto, Dotore, siempre ha sido una exquisitez para melómanos realmente inquietos. Desde hace 16 años. Seguirle la pista no ha sido fácil, pero siempre ha merecido la pena. Es el suyo un pop tremendamente ensoñador e imaginativo, influenciado por el sentido de repetición de Arvo Pärt o Steve Reich. Una maravilla que no se parece a nada que hayas escuchado antes. Un disco para flotar.

16 – Tórtel – Calavera Suave (Intromúsica)
Lo de Jorge Pérez al frente de su proyecto Tórtel sigue siendo realismo mágico aplicado a la mejor alquimia pop. El músico valenciano sigue tan fiable como siempre, expandiendo las texturas de su pop electrónico, ensoñador y magnético, en diferentes direcciones. Siempre nutriéndose de colaboraciones que aportan savia nueva. Siempre sorprendiendo. Siempre convenciendo.

17 – Algo – Algo (Belamarh)
La alianza entre Alberto Montero y Gonzalo Fuster depara uno de los discos más exquisitos que se han publicado últimamente en nuestro país. Ya lo dijimos cuando lo estrenamos aquí en Mússica, allá por el mes de mayo. Con la sombra de leyendas como The Beatles, The Byrds , Fairport Convention o Ia & Batiste, con mayor o menor peso de la psicodelia, con estupendos arreglos de cuerda.

18 – La Villana – Valkenburg (Mushroom Pillow)
Natalia Quintanal (Nosoträsh), su hermano Pablo Quintanal y Pedro Vigil (Penélope Trip, Edwin Moses) forman este exquisito trío gijonés que publica su segundo disco ochos años después de su debut. Con calma y dedicación artesanal, moviéndose entre una psicodelia tenue, el dream pop, el folk y los sonidos fronterizos.

19 – Miquel Serra – Una casa és pànic (Foehn)
El mallorquín es uno de los músicos más imaginativos, singulares y brillantes de pop estatal, y aquí da con su versión más abiertamente pop, tras sus travesías psicodélicas y aquel emotivo Cançons de Joan Serra (2021) que había desvelado su veta más folk e intimista, y dedicó a la memoria de su hermano, el músico y pintor Joan Serra.

20 – Julio Bustamante & Lavanda – Sueños emisarios (El Volcán)
Los sueños de la razón producían monstruos para Goya, pero para Julio Bustamante han generado en los últimos dos años un ramillete de preciosas canciones, radiantes muestras de un humanismo irredento que, cuarenta años después de iniciar su carrera como músico, aún presumen de poder mirar a los ojos a las que integraban obras maestras como Cambrers (1981) o Entusiastas (1998). Un clásico que no desfallece.

21 – Perapertú – Pantera eras tú (El Genio Equivocado)
Vamos a hacer de algoritmo: si te gustan (o te gustaron alguna vez) Golpes Bajos, Ciudad Jardín, los primeros Radio Futura o incluso Serge Gainsbourg, este es tu disco español del año. Imaginativo, personal, caleidoscópico… la banda madrileña crece a pasos de gigante.

22 – Betacam – La noche interior (Intromúsica)
Parece fácil, pero no lo es. Javier Carrasco tiene el bendito don para la canción prácticamente perfecta, de línea clara, melodía diáfana y textos sin dobleces ni metáforas rebuscadas. Aquí lo vuelve a bordar, con colaboraciones de Miren Iza, Amaia Tirapu, Marta Movidas y Estrella Fugaz. Infalible.

23- Ernest Crusats – La font gelada (Fina Estampa)
Hay comparaciones que pesan tanto que pueden hundir a cualquiera. Pero no es el caso de las que se trazan con el líder de La iaia, porque hablar de Sufjan Stevens o Nick Drake (palabras mayores) para referirnos a su música no es en absoluto exagerado. Un deslumbrante tratado de folk pop acústico.

24 – Invisible Harvey – Titulador de canciones (El Genio Equivocado)
La tradición del Brill Building y el pop indie anglosajón de los ochenta y noventa son las fuentes de inspiración del mejor trabajo -hasta ahora- de Dimas Rodríguez, superando su propio listón. Un exquisito tercer álbum, sin desperdicio.

25 – Marta Knight – Strange Times Forever (La Castanya)
Marta Caballero tiene solo 24 años, pero le encantan grupos como Oasis, que debutaron hace casi tres décadas. Pero lo más importante es que lo hace notar con un sonido y una sensibilidad contemporánea. Este es un disco de debut que no lo parece, de tan maduro y atinado que suena en todos y cada uno de sus once cortes, a medio camino entre el pop de dormitorio, el indie pop y el r’n’b digital.